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Cultura

San Juan

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El 24 de junio es la fiesta de San Juan, es el nacimiento de Juan, el Bautista; aquel que cuando se hizo mayor bautizaba en el río Jordán cubierto parte de su cuerpo con una piel de camello y decía: “arrepiéntase pecadores; que ya viene al que yo no podré bautizar, viene el hijo de Dios que los bautizará con agua del espíritu Santo.

Que yo no soy digno de bautizar ni hablar en su presencia: arrepiéntanse pecadores!”…; Juan nació de Elisabet, una señora avanzada en edad a quien llamaban estéril, era prima de María, la madre de Dios; hija de Eliud de la tribu de Leví. Casada con Zacarías descendiente de Aarón que por tradición y ordenanza del rey David tenían que ocuparse de atender y ministrar el templo de Dios, en este caso de Zacarías le tocaba ofrecer el incienso en el templo de Jerusalén y la multitud fuera, en el patio; él entra hacia el altar, cuando al lado derecho del éste se le apareció el ángel Gabriel, quien al verlo lleno de temor le dijo: no temas, soy el enviado de Dios para comunicarte que vas a ser padre de un hijo, a quien le pondrás por nombre Juan. Y él duda y pregunta y cómo sabré si esto es cierto? Porque yo ya estoy viejo y mi mujer también. El ángel le responde: para Dios nada es imposible. Ahora – le dijo el ángel-: por no creer, se te va quitar el habla hasta que nazca tu hijo. Es así que regresa para atender al pueblo que lo esperaba, éste se da cuenta que él había visto alguna visión porque no podía hablar, todo lo hizo con señas y gesto para comunicarse con ellos. Elisabet, esposa de Zacarías está en su sexto mes de embarazo cuando recibe la visita de su prima María. A ella la había visitado el ángel de Dios en Galilea en un pueblo llamado Nazaret y al verla el ángel le dijo: Salve, muy favorecida! El Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres. Porque de ella nacerá el hijo de Dios por obra del espíritu Santo. Y le anuncia que su prima Elisabet: lleva 6 meses de embarazo. Es así que ella le había dicho al ángel cómo quedaría embarazada porque no conocía varón. El ángel Gabriel le responde que para Dios no hay imposible; es así que María le responde: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a su palabra. Sube María a la montaña de Judea para ir con su prima Elisabet a visitarla. Cuando se encuentran, Elisabet siente que el niño que lleva en el vientre dio un salto al sentir la presencia de María. Y Elisabet le dice: porqué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?. María se quedó en Hebrón el pueblo de Elisabet tres meses; ayudándole, asistiéndole en todo, hasta que nación Juan. A su padre Zacarías le preguntaron sus vecinos cuál será el nombre de su hijo. Él pidió una tablita y apuntó Juan. Al nacer su hijo Dios le devolvió el habla. Amigos, Juan El Bautista no bebió vino ni sidra, fue un hombre sobrio y de una gran rectitud predicó la llegada de Jesús a quien él bautizó en el río Jordán. Decir una verdad alguien, éste puede odiarlo como dijeran los japoneses. Y él se atrevió a decirle a Herodes que no le era lícito vivir con la mujer con la que vivía, Herodías madre de Salomé porque había estado casada con su otro medio hermano y la ley judía lo prohibía.
Esta mujer por este reclamo odió a Juan el Bautista. Y un día Herodes festejaba su cumpleaños con los principales de Galilea; Salomé bailó para él y sus invitados. Lo hizo también y tan sensual con su galanura de joven bella que embelezó a Herodes. Y éste le dijo: pídeme lo que quieras y te lo daré. Es así que Salomé aconsejada por su madre pidió la cabeza en una charola de Juan el Bautista. Quiso Herodes echarse Pa’ trás, pero no pudo por los asistentes. Es así como muere Juan el Bautista, aquel que, se alimentará de chapulines y miel de abeja diciendo con el agua del río Jordán: “Arrepiéntanse! Pecadores, que la llegada del fin del mundo está cerca. Cómo cerca está la llegada de Dios, a quien no soy digno de amarrar las correas de su sandalia”. Amigos, tiempo es de pedir a Dios perdón por nuestros errores y pulir ante él nuestros defectos y que nos haga menos soberbios y egoístas. ¡Salve! Amigos. Amén.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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