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Cultura

La metáfora nupcial de la dualidad humana en las obras del colectivo: El Círculo de fuego

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…siete veces mil veces he muerto
 y estoy risueño como en el primer día.
Algo sobre la muerte del mayor Sabines
Jaime Sabines

Acercarse a las imágenes que representan una visión de la dualidad del universo y del ser humano, es leer entre líneas la fuerza espiritual primigenia que simbolizan los elementos cosmogónicos en la construcción simbólica de la realidad por parte de la humanidad. Esta realidad simbólica se plasma de manera subyugante ante nuestros ojos asombrados al asistir a la exposición pictórica, este domingo 12 de junio, en la Unistmo Campus Ixtepec, del colectivo Círculo de fuego, conformado por Juan Carlos Daez, Jesús Kanek, Javier Toledo Coronel, Juan Carlos Santiago, Rodrigo Vázquez, Bido’ Guuze, Antonio Osorio y Beiby Morales que son testigos del acto nupcial, la cópula sempiterna entre la tierra y el cielo, la vida y la muerte, el encuentro entre lo femenino y lo masculino, el amor y el odio, la oscuridad y la luz, el silencio y el sonido, lo sagrado y lo profano, elementos que son contrarios pero que se transforman constantemente, de manera infinita, siguiendo el ritmo del latido del corazón de la naturaleza, matriz del principio y fin de lo material y espiritual, un círculo que se cierra sobre sí como sinónimo de unidad, representación de armonía y perfección.

En esta exposición se pretende que el público presente, el observador protagonista, tenga una visión de la lucha de los contrarios, de la catarsis que sobreviene después de un conflicto, ya que la naturaleza y la vida siempre buscan volver a su estado de equilibrio. La narrativa de los artistas es representar una forma de ver el mundo de manera unitaria, considerando el vínculo de lo material y lo espiritual, una metáfora viva que hace fluir la empatía, los lazos invisibles, pero indisolubles, entre lo femenino y masculino, la metamorfosis del ser humano en la naturaleza misma, el discurso de la muerte como la semilla de la vida, el acto de tomarle el pulso al amor para conocer la esencia de su odio, el deseo de ser otro sin dejar de ser uno mismo. Todos estos elementos antagónicos, tejidos bajo el concepto de ser de cada pintor, se atraen y se rechazan formando el círculo de fuego que purifica y hace resurgir algo distinto, como una unidad de amor profundo, de razón y libertad, que significan el empoderamiento de sí mismo, esa capacidad de mirar lo oculto al unir el pensamiento y la emoción cotidiana.
En palabras de los artistas convocantes, el propósito “es que el observador, al juzgar la obra no tenga una posición negativa o positiva de ella, sino que tenga un momento de revelación y encuentre un equilibrio del juicio con la emoción que le produzca, que se convierta en el Tercer ojo de la obra, que la reconstruya desde su percepción”. Con esta concepción se apuesta a que el público que asista a la exposición entre al círculo de fuego y se transporte a un ambiente de trazos bi-cromáticos de un árbol que se convierte en un hombre/coyote, descubrir los trazos puros de la expresión primaria natural que permite el blanco y negro fundirse, trazos y toques que nos llevan a tocar el cuerpo de la luz, así como la alegría inocente de observar los colores a través de símbolos conceptuales donde todo fluye y cambia como el río de Heráclito.

*Poeta y docente binnizá de Asunción Ixtaltepec, Oaxaca, México. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA. Ha obtenido los premios en el género de poesía: Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas 2018; Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA) 2014; Premio CaSa en Creación Literaria en Lengua Zapoteca 2012, entre otros.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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