Conecta con nosotros

Cultura

El Mercado: Lu’quiháa

Publicado hace

el

El precio en zapoteco se dice así: quíya o quiháa, según él Vocabulario En Lengua Zapoteca de fray Juan de Córdova- así está escrito en este diccionario editado en 1578-. Y éste que consulto me lo regaló el estimado Contador Público de La Rosa diciéndome al entregármelo: no hay mejor mano para este libro.

Gesto que agradeceré desde siempre. Lo llevé a encuadernar con un encuadernador de la CDMX por el rumbo del Ángel de la Independencia, en la colonia… Esa colonia cuyas calles llevan el nombre de ríos del mundo. En esa colonia está ubicada la embajada de los EU sobre Reforma. Se llama Cuauhtémoc? Bien, con el encuadernador me llevó Adán Huencomo, cuyos abuelos son de Tehuantepec; y él escribió entre tantos libros uno: Henestrosa de Henestrosa- un libro grueso de la editorial Diana -. Me voy enterando con el encuadernador de padres oaxaqueños que ahí el maestro Ernesto de la Peña llevaba sus libros ha encuadernar. Ustedes se preguntarán, quién es el maestro Ernesto de la Peña? Fue miembro de Número de la academia mexicana de la lengua, hablaba: hebreo, griego, latín, español, francés, inglés, italiano…Y él decía que prefería hablar en francés. Un hombre cultísimo como no puede haber otro. Una noche que iba para la casa, a eso de las ocho y media – en la CDMX-, me orillé para poder oír un comentario en radio sobre la cultura árabe. Era una voz que acapara por la fluidez y del dominio del tema que trata. Lleno de aristas diversos que configuran una charla amena, sin parar hasta rematar el tema. Entonces me entero que era la voz del maestro Ernesto de la Peña, un hombre de ojos azules y de baja estatura. Escribió el prólogo del libro Para saber lo que de dice 1, de mi maestro Arrigo Coen. Tiempo es de aprender mientras se vive, de escuchar gente que sabe, de leer libros. Ah…Me platicó el encuadernador que ahí mismo llevaba sus libros Octavio Paz, que parece que vivió cerca de ahí sobre la calle Río Guadalquivir. Amigos, Zquía es precio en zapoteco, de ahí Lu’guihá o Luguía’ que es mercado: Cha’ Luguía’ – voy al mercado-. Dicen que el regateo no es por comprar a mejor precio, sino que regateando se da tiempo para oír lo que pasó, sucedió, quién murió, se casó o se separó o al que le pusieron los cuernos- vi’záaki cabe ñée- literal: le quemaron los pies. Una expresión istmeña- tópica-: que significa le fueron infiel. Es en el mercado cuando oí de niño cerca de la tienda Chavita, a Taaku, que con un cucurucho de lámina anunciaba las noticias subido en un cajón de madera, para darle altura, ya que era chaparrito; vestido siempre de guayabera. Ahí oyó Teca Moro que se iba a casar ese sábado, ella ni enterada estaba según lo que una vez me platicó. La tienda Chavita es una tienda antigua, hoy irá rondando los cien años. Su primer dueño don Salvador Jiménez, un hombre con esa vocación y emoción para vender, tenía puesto su delantal de lona con bolsas. Y en su mostrador el gentío comprando. Con el tiempo mis hermanas Rosalba y Francisca compraron la tienda, y hoy puede usted comprar : veladoras, canela, tinta añil para ropa blanca, cebo, bicarbonato- una bolsita más barata que en la farmacia-. Está frente la casa Grande. Una algarabía es el mercado de Juchitán, con el terremoto se derrumbó hasta donde estaba la alacena de la tienda Chavita debajo del portal del palacio municipal- se ve el arco de su alacena -. De ahí hacia arriba, el palacio quedó de pie, y hoy en reconstrucción. El mercado de México es colorido, visitarlo es una fiesta, el poeta Pablo Neruda dijo que el mercado de México es único en el mundo. Es lamentable que algunos presidentes municipales hayan cerrado su mercado, como es el caso de Espinal; no así al de Juchitán, enhorabuena! Ahora mis amigos, el objetivo de este texto es invitarlos que compren lo que necesitan en la tienda de la esquina . Así nos ayudamos haciendo circular el dinero en nuestra comunidad, favoreciendo que haya trabajo para los que no lo tienen. Si su vecino hace pan, cómprale, prefieran tortilla hecha del horno, compren pastel a la amiga que lo prepara. Dejemos esas grandes tiendas que hoy exigen cubrebocas, hasta se atreven tomar temperatura al cliente o rociarle a la cabeza un líquido que Dios sabrá qué será. Y el dinero que entra en las cajas de estas tiendas, como son gringas; luego luego ese dinero se va del país, pagando una miseria a sus trabajadores. Prefiramos comprar con Na Carmela la tienda de la esquina amigos. Hagamos unidad con nuestra comunidad, región, y con nuestro país: México.

Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

Publicado hace

el

Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

Anuncio

Continuar leyendo

Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

Publicado hace

el

Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

Anuncio

El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

Continuar leyendo

Tendencia