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Cultura

El Caos

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Cuando estás cansado, a veces no obedecemos la señal que nos manda nuestro cerebro y continuamos con lo que estamos haciendo. Si estamos barriendo, se nos puede caer la escoba, si son los trastes que estamos lavando. Se cae el vaso de cristal y se estrella en el piso. Hay que recoger los vidrios rotos. En una ocasión vi a una señora tender ropa. Se veía agotada; que se va rompiendo el tendedero. Y toda la ropa quedó en el piso.

Su rostro cansado, dio unos golpes con los pies en el suelo. Y lo que tenía en la mano lo azotó contra el piso. En una ocasión venía de la CDMX, manejando. Por ahí un poco antes de entroncar con Sayula, con la carretera transítsmica. Me sentí cansado. Me orillé, apagué el motor y la chica que me acompañaba me dijo: Puedo seguir manejando. La quedé viendo y mi cabeza me dijo: No le hagas caso, guarda tu llave y duérmete!
Pues… Le dí la llave y m recosté al lado de la puerta como copiloto. Me despierta el jalón que dio el vehículo al salirnos de la carretera. Ya se imaginan! Hay que ir por la grúa; ésta informaría a La Policía Federal de Caminos…
La falta de energía a mí me hace torpe; lo que quiero decir es que el cansancio es una falta de energía. La recupero cuando descanso, cuando duermo. Cuando me siento, estiro los pies. Es la energía la que me mueve con eficiencia. Me hace amable, cordial, me hace sonreír. La energía mantiene activado mis reflejos. Además de los alimentos que cada quien consume. Recomiendo agua mineral, limón, tantito bicarbonato y unos cristales de sal. Esto es un electrolito, aunque para que lo sea requiere de un poquito de azúcar. El agua que compramos en botella para beber, la verdad que sólo nos quita la sed. Sin prender nuestros reflejos, porque ya le quitaron todos sus minerales. De ahí que consumamos mucha agua sin que nos mineralice, sin que nos ayude » cargar nuestras pilas».
La energía es una entidad que vale la pena considerar: El dinero es energía, la juventud también, la belleza en el hombre y en la mujer. Si la abuelita es rica, nos mantiene unidos. Este acto que vemos en sus hijos, en sus nietos, nietas, yernos, nueras…La energía de su dinero o su dinero ejerce la magia ideal de la Unidad familiar. Porque todo ser humano acaricia la idea de ser heredero, de recibir gran parte de la herencia. Esta codicia nos mantiene en Unidad alrededor de la abuelita. Alguna nieta ya se hizo la ilusión de heredar el piano de la gran sala de la casa. Es natural que nos mantenga en armonía la energía vista como recurso financiero.
El – Orden – es posible si hay energía que lo contenga, que lo sostenga cono tal. Y cuando esta energía abandona su forma, para adquirir otra presentación. Inexorablemente viene el Desorden. Esto es parecido cuando el vaso que lavamos se nos resbala de la mano y se rompe. Porque ya no teníamos suficiente energía…
La desintegración familiar que hoy vivimos, es porque no hay dinero, no hay oferta de trabajo. Los jóvenes o las jóvenes no encuentran atracción estar en casa y convivir con la familia. Los Medios: TV, Prensa, radio y Redes Sociales…Son Sitios donde se enarbolan Marcas de ropa, celulares, zapatos… Estas imágenes desordenan el espíritu de la juventud. Que ella misma sólo espera una mechita para iniciar El Caos… Y echarse a volar!
Urge que le demos a la vida otro giro para encausar esta energía de los jóvenes. Hacerles atractivo el deporte, el arte, leer libros, el estudio… El Servicio a su familia y a su Comunidad. La energía más elevada está en la sabiduría y en el conocimiento.
Es fácil el desorden, el Caos. Lo difícil mantener y sostener El orden, esto requiere de trabajo, esfuerzo, estudio. Se necesita pues de energía para evitar el caos. Es parecido cuando la muerte llega, todo se desparrama y se desconecta ante lo inevitable. La luz se va, las neuronas se quedan sin señal; el cuerpo inerte y el Caos se dispara hacia otra dimensión misteriosa y enigmática. Esto cuando La Energía ha decidido transformarse en la misma cantidad. Sólo que en otra forma de energía.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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