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Cultura

2 de octubre CXLVIII años de la elevación de San Blas Atempa como Municipio Libre*

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San BlasAtempa Oaxaca2

Atempa significa en lengua náhuatl “en la orilla del río”. Su fundación data de la época prehispánica, pero a la llegada de los castellanos a tierras zapotecas, este barrio tomó el nombre de San Blas, quien fue un mártir del cristianismo que llegó a ser Obispo de Sebaste en Albania, al sur de Rusia.

Desde el Siglo XVI era el barrio más poblado e importante de la entonces Villa de Guadalcázar, hoy Tehuantepec. Sus habitantes eran campesinos, cazadores y gran parte pescadores; por ello durante la construcción del antiguo convento de Santo Domingo (iniciado en 1544 y concluido en 1555) por Don Juan Cortés, Cosijopi II, fueron obligados a entregar pescados frescos todos los días para el sustento de las personas que estaban a cargo de la construcción.

En 1847 el Barrio de San Blas se levantó en armas apoyando el Plan que proclamaba “Religión y Fueros”. Más tarde, en 1850, también apoyó la rebelión que encabezó José Gregorio Meléndez, mejor conocido como Che GorioMelendre, en Juchitán, por la defensa de las minas de sal en las costas zapotecas.

Asimismo, los samblaseños y shihueños tuvieron una destacada participación en diferentes batallas defendiendo dignamente al Estado Mexicano con lealtad y valor, encabezados por Francisco Cortés, contra el Ejército Norteamericano en 1846 y 1847, en los combates de Cerro Gordo, Molino del Rey y el Bombardeo de Chapultepec.
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Durante la Guerra de Reforma se destacaron nuevamente combatiendo al lado del joven Porfirio Díaz, quien era Gobernador del Departamento de Tehuantepec, en contra de Los Patricios, que luchaban en el bando conservador. En dicho conflicto salieron victoriosos. Posteriormente, durante la Intervención Francesa también estuvieron bajo las órdenes de Porfirio Díaz combatiendo el 5 de mayo de 1862 en la Batalla de Puebla, comandados, otra vez, por Francisco Cortes en el Batallón Morelos conformado por tehuantepecanos (en su mayoría de los barrios de San Blas y Shihui). En esa ocasión también participó el Batallón Independencia, integrado por juchitecos y pueblos aledaños, donde “las armas nacionales se cubrieron de gloria”, según el parte del General Ignacio Zaragoza.

Finalmente en Juchitán, en la Batalla del 5 de septiembre de 1866, participaron una vez más defendiendo estas tierras en contra del numeroso Ejército Francés, considerado el mejor del mundo en aquella época (este último, aliado con Remigio Toledo, apodado Gubisi, que en zapoteco significa ‘Víbora de cascabel’). San Blas y Shihui, nuevamente comandados por Don Francisco Cortés (quien resultó herido), participaron en la derrota de los imperialistas, victoria alcanzada al lado de las tropas provenientes de todo el Istmo, especialmente de los habitantes del hermano pueblo de Juchitán.

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Durante más de tres siglos San Blas Atempa fue parte importante de la Villa de Tehuantepec, como también lo era el barrio más pequeño Shihui. Sin embargo, las diferencias políticas y sociales eran ya profundas, tal como permiten inferir los continuos conflictos surgidos entre blaseños y shihueños con los demás barrios tehuanos, especialmente a partir del incendio que ocasionaron a la comunidad por los problemas derivados de la Intervención Francesa. Por ello, después de la batalla del 5 de septiembre en Juchitán, los samblaseños y shihueños solicitaron separarse políticamente de Tehuantepec ante el Congreso del Estado, con apoyo del General Porfirio Díaz.

El honor de la autonomía política fue concedido por decreto número 4 expedido por el Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, General de Brigada Félix Díaz, el día 2 de octubre de 1868, y el antiguo Barrio de San Blas fue declarado Municipio Libre. Más tarde, por decreto número 44, del 5 de diciembre del mismo año, fue incorporado el Barrio de Shihui como parte integrante del ahora pueblo de San Blas. En 1869 fue electo como primer Presidente Municipal, por periodo de un año, Don Mateo Jiménez.

Después de más de 120 años de ser Municipio Libre, San Blas Atempa se elevó a la categoría de Villa gracias a la gestión del entonces Presidente Municipal, el C. Israel Velázquez López, siendo el Gobernador del Estado de Oaxaca el Lic. Heladio Ramírez López, según decreto publicado el 24 de septiembre de 1990.

El pueblo de San Blas Atempa ha tenido personajes destacados que han dejado huella de su existencia, por lo que es necesario y oportuno mencionar humilde y dignamente a algunos de ellos:

San BlasAtempa Oaxaca

Lic. Anastacio García Toledo.- Licenciado en Derecho (UNAM). Fue Gobernador Constitucional del Estado de Oaxaca durante el periodo 1932 al 1936, en la época en que Abelardo L. Rodríguez (1932-1934) y Lázaro Cárdenas del Rio (1934-1940) ocuparon el cargo de Presidente de la República, respectivamente.

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Profr. Arcadio G. Molina.- Maestro Normalista. Primer escritor moderno de la lengua zapoteca del Istmo, autor de varias obras entre los que podemos mencionar, El Jazmín del Istmo (Guiéxhoba, en 1889), La Rosa del Amor (1894) y su obra cumbre Historia de Tehuantepec, San Blas, Shihui y Juchitán en la Intervención Francesa de 1864, publicada en 1911, entre otras.

Profr. Flavio Gutiérrez Zacarías.- Maestro Normalista. Escritor zapoteco, autor de varias obras entre las que destacan El Shunco, La Tierra de los dones y La voz del Abuelo.

Don Atilano Morales Jiménez.- Músico talentoso, dueño de un gran acervo musical. Compuso marchas fúnebres, sones populares, cánticos navideños y marchas religiosas. Entre los sones populares destacan El Son Bandaga´, Son Be’ñe,Son Conejo, Son Coco, Son Toro, Guida´parashana, BitopaSu´udo (Son Calenda), Chetoluxhadxi y Teco Doroconocido como Desvelada. Dentro de las marchas fúnebres encontramos Amor fraterno, Camino de Gólgota, Lamento, Luto por Derecho, Secundino, Agustín, Benita, Paulino… Si escuchamos las marchas fúnebres que se tocan cuando asistimos a un entierro, la mayoría de éstas son las que el maestro Atilano Morales nos dejó de herencia.

Desde luego que no podemos dejar en el olvido a su hermano Juan Morales Jiménez quien le compuso a su esposa la Jota María Luisa, que el día de hoy bailamos en nuestras tradicionales enramadas con orgullo por ser uno de los poemas musicales más queridos de nuestra tierra.

Otro de los personajes que ha dado mucho de qué hablar es Francisco Trinidad, conocido en nuestro pueblo como Pancho Huinni’, quien fuera uno de los pupilos del ya mencionado Don Atilano Morales, y autor de la Polca Al besarte Concepción.
Dr. Facundo R. Génico Salinas.- Médico Cirujano y Partero, con especialidad de Cirugía (UNAM), realizó una serie de cirugías con resultados exitosos distinguiéndose como el mejor médico cirujano del Istmo y del Estado de Oaxaca. También participó en diversos Congresos que le dieron prestigio internacional, además de haber sido un líder político de su pueblo.

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Don Francisco Cortés.- Realizó una brillante carrera militar alcanzando el grado de Teniente Coronel. Personaje que luchó con lealtad y valor en diversas batallas. Estuvo bajo el mando de Don Porfirio Díaz durante 9 años y 6 meses. Tuvo un papel importante en la separación de San Blas como municipio libre y en su honor una de las calles principales lleva su nombre desde 1968 (antes calle Santiago).

Don Mateo Jiménez.- Primer Presidente Municipal de San Blas Atempa. También fue un elemento fundamental en la separación del pueblo como Municipio Libre. Actualmente una de las calles principales también lleva su nombre.

El pueblo de San Blas Atempa es uno de los lugares de la región del Istmo que conserva con mucho orgullo sus tradiciones, costumbres y su lengua materna el zapoteco. Descendiente de los binigúla’sa’, raza guerrera, con carácter y temperamento, valiente y fuerte, noble y orgulloso de su linaje, la estirpe zapoteca.

Con humildad y orgullo escribo esta pequeña reseña dedicada a mi heroico pueblo de San Blas Atempa. A todos los hombres y mujeres, a todos los hermanos samblaseños.

* Extracto tomado del texto publicado en Guidxizá, una mirada a nuestros pueblos, suplemento cultural del Comité Melendre, Año I, N° 11, Dom 07/Oct/2012. Se autoriza su reproducción siempre que sea citada la fuente.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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