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Cultura

Advenimiento anunciado de San Vicente Ferrer

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Las grande voces que se oyeron en la alcoba aquella noche eran las que Guillermo Ferrer (Guillem Ferrer) pronunciaba al decir sus alabanzas en medio del sueño y despertaron a su esposa Constanza Miquel, quien asustada y confusa lo despertó para interrogarlo era que soñando, Guillermo había visto en el púlpito de los Dominicos aun fraile, insigne predicador, el cual en medio del sermón se volvió hacia él y dándole el parabién de su buena suerte, le dijo: “ Alegraos, hermano mío, porque antes de mucho tendréis un hijo muy nombrado en castidad y letras, y no menos insigne en la gracia de la predicación, y será fraile del hábito que yo traigo.”

Soñaba también que toda la gente que escuchaba el sermón daba infinitas gracias a Dios por el grande y singular beneficio del que proveía al mundo con el advenimiento de tan excelente maestro. Y como él entre sueños quiso hacer lo mismo, comenzó a alabar a Dios con grandes voces. Fue entonces cuando acudió su mujer preguntándole qué soñaba y aunque se lo contó, él mismo no dio mucho crédito a su sueño, porque sabia que el hombre cuerdo no debe tener fe en tales sucesos cuando no exista o aparezca alguna otra cosa que los haga dignos de crédito.

Es de la creencia general que la Divina Providencia acostumbra prevenir la atención de la gente cuando, para alivio de sus males, desea enviarles algunos excelentes seres, como sucedió con San Juan Bautista y con el mismo Santo Domingo de Guzmán. Por eso, antes de la llegada de San Vicente Ferrer al mundo material, quien sería enviado para despertar a los mortales del letargo de sus culpas, dispuso muy de antemano prevenir con singulares avisos su nacimiento. Para que Guillermo entendiese que el anterior vaticinio no era puro sueño, hubo otras señales mas palpables.

Cuando Vicente aún no nacía, su madre se maravilló un día que una señora invidente, repentinamente se acercó para decirle: “ En tu vientre traes un ángel.” Y dicen que en ese mismo instante la anciana ciega recobró la vista, quien al mismo tiempo cayó de rodillas dando gracias a Dios y a su enviado, al aún nonato Vicente Ferrer.
Se dice y se tiene por cierto, que la madre del santo se sentía muy ligera con la preñez y no le causaba ninguna pesadumbre el tener a la criatura en su vientre, antes bien, se sentía mas desenvuelta y libre que nunca para cualquier cosa qué tuviera que hacer o atender. Aunque le preocupaba que a veces escuchara dentro de su vientre ladridos de perro, y con la enorme devoción que ella sentía por las cosas divinas, sentía grandes tribulaciones al pensar que se trataba de cosas indeseables y diabólicas. Acudió con el Obispo de Valencia, Hugo Fellonet, al que consideraba ilustrado de superior luz, quien le dijo: “Serás madre de un místico cachorro, custodio leal de la casa de Dios. Dará poderosos ladridos contra los enemigos de la Fe y con la gracia de su lengua curará las almas de sus espirituales heridas.”
Se lleno de admiración la ciudad de Valencia con los anuncios divulgados y creció la expectación por ver nacido al niño, que decían provenía del cielo.
Finalmente, el 22 de enero de 1450, el día de la celebración de San Vicente Mártir, nació el santo que seria el hijo predilecto de Valencia y el patrón de Juchitán, Oaxaca.
Según las deducciones acertadas del sacerdote Alfonso Esponera Cerdán de la Orden de Predicadores, lo más probable es que haya nacido este día, aunque algunos biógrafos han fijado la fecha 23 de enero, pero tan ilustre investigador calcula con sobradas razones que según lo que la tradición afirma que debe su nombre al santo mártir San Vicente, puesto que nació el día en que se celebra que es el día 22, y en sus escritos referentes al santo valenciano, siempre asevera que fue el 22 de enero.

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*Tomado del libro: SAN VICENTE FERRER en Juchitán, Oaxaca
Autor: Germán López Sanmartín
Impreso en México

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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