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Cultura

Una extraña mujer

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Narra la leyenda que el Dios Rayo llamó a San Mateo para ordenarle que invitara a una mujer que lo esperaba en un paraje de agua tranquila, allá por el Valle de Jalapa por donde ahora está la presa, debía invitarla, pues, a la fiesta de San Mateo del Mar. San Mateo obedeció al Dios Rayo y de inmediato se puso en camino, encontró el paraje después de mucho caminar y allí, vio a la mujer pero ella estaba bañándose y san Mateo quedó admirado de su belleza; se acercó y le dijo comedidamente que la invitaba a la fiesta de San Mateo.


Sin embargo, ella le contestó indignada y grosera que no iba a ir a ningún lado con un “indio sucio”.
San Mateo regresó confundido y el Dios Rayo le preguntó: “¿Qué es lo que te dijo?”, San Mateo le relató lo sucedido. Pero el Dios Rayo le ordenó nuevamente que regresara y convenciera a la mujer de que viniera al pueblo.
Otra vez san Mateo se presentó ante la mujer que para su sorpresa permanecía en el agua y le dijo que la invitaba a la fiesta de San Mateo del Mar; ella volvió a negarse, pero agregó que sólo iría con un caballero bien vestido y no con un indio como él.
San Mateo regresó con el Dios Rayo y le relató la exigencia de la mujer. El le indicó a San Mateo que vistiera con los ropajes de la iglesia y se presentara nuevamente ante ella, así no podría reconocerlo.
Obediente, san Mateo se atavió, tomó la espada y montó su caballo.
Lucia gallardo cuando llegó al paraje que ya conocía.
Bajó firme de su caballo e invitó a la mujer del rio.
“Contigo sí iré a la fiesta y no con un indio sucio que me ha venido a invitar antes, porque yo quiero ser honrada como se honra a San Mateo en el día de su fiesta” así contestó la mujer que sospechosamente no se dejó ver el rostro. “Entraré por la puerta del frente de la iglesia y saldré por la de la derecha, la que da al mar” dijo finalmente la misteriosa mujer.
San Mateo le explicó que tenia que llegar al pueblo antes del medio día.
Llego el día de la fiesta y el viento norte empezó a soplar con fuerza.
San Mateo, se vistió como la vez anterior y salió a buscar a la mujer a la mujer al sitio de siempre. Pero ella no estaba a la vista y le pidió a san Mateo que la esperara.
Mientras esto ocurría, el viento arreciaba en el poblado, como queriéndolo arrancar de la faz terrestre.
La mujer se tardó mucho y San Mateo le dijo preocupado que se tenían que ir ya porque no llegarían a tiempo; ella se tomó otra hora, y cuando eran las dos en punto, el viento estaba furioso.
La mujer salió cubierta totalmente –de los pies a la cabeza-, con un gran número y variedad de telas que la obligaban a caminar agachada, casi a rastras mientras avanzaba.
San Mateo tenía prisa de llegar y apresuraba a la mujer sin éxito.
Mientras tanto, el Dios Rayo ordenó a Müm Nij Meor (la virgen de la Candelaria), que extendería su vestido sobre el mar Santa Teresa para detener el viento que azotaba al pueblo de San Mateo.
Preocupado por su pueblo, san Mateo seguía sin obtener de la mujer la prontitud que necesitaba y ella iba más lento; entonces, san Mateo , desesperado, se agachó, recogió un puño de arena y lo arrojó enfadado sobre la mujer quien asustada por fin levantó la cabeza. Admirado san Mateo se dio cuenta que no era mujer sino una serpiente con quien iba y de inmediato supo que trataba de causar daño a su pueblo, sin pensarlo sacó la espada y le cortó la cabeza de un tremendo tajo.
La cabeza de la serpiente rodó sobre el rio y la sangre brotó formando la desembocadura del río Tehuantepec. El viento que atemorizaba al pueblo sólo entonces se calmó.
*Autor: Gerardo R. Alfaro Cruz
Tomado del libro: La riqueza cultural de los mareños
Primera Edición, 2008

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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