Indudablemente, las redes sociales son una herramienta de sumo interés para cualquier mortal. Se ha dicho también que Facebook es la herramienta más competente para afianzar emociones en círculos de aprendizajes. Es el primer contacto entre el estudiante y su contexto. Incluso, la alfabetización digital (Web 2.0), ahora intenta ser un recurso cultural para acometer juicios críticos y comportamientos discretos que afiancen el respeto, la solidaridad y ayuda mutua, con el propósito de aumentar los entornos de aprendizajes colaborativos.

Los profesores universitarios tienen, en esta herramienta interactiva, la oportunidad de postear trabajos de consulta, así como formular guías, tutoriales o clínicas. Ya no es la forma insensata de citar de manera burda la idea de un autor, una corriente o una teoría. Ahora se trata de asumir una condición precisa para atreverse a ventilar su competencia profesoral desde la “oposición” en las materias asignadas mientras se practica la educación de manera inicial. El riesgo de exponerse desde la creatividad centrada en los estudiantes, cada día se amolda más a esa indiferencia por obtener personalmente algo a cambio de ellos como profesor o guía. El aprendizaje no se parece en nada a lo que ya se puede consultar en los vínculos existentes en la red como si fueran repositorios, de ahí que el profesor universitario, de satisfacer la máxima calidad en su práctica mediadora, debería escribir para sus estudiantes, en publicaciones de mayor cobertura de lectores. Un catálogo de publicaciones propias del profesor universitario, sirve para el debate amistoso en sus círculos de influencia.

Con frecuencia, los profesores universitarios nos vemos tímidos, al no encontrar un oficio qué perseguir. Es muy frecuente que sin bases teóricas, afianzamiento de la literatura específica para accionar los canales de intervención en el aula, y desmotivación del trato administrativo que permea la capacidad de respuesta ocupacional desde la docencia, así como el no favorecerse de recrear espacios culturales propios para participar y hacer participar a los agentes culturales del contexto, promueven formas de lectura y escritura que no responden a nuestra personalidad, carácter y estilo en el lenguaje común que difundimos cada que abrimos la boca en los salones de clase.

Esa disociación en el lenguaje de los profesores universitarios, hace que los estudiantes reciban el mensaje equivocado cuando perciben en sus profesores encubrimiento de una nota académica incumplida (no leída, imaginada, amplificada como si se tratase de un megalómano), un profesor que no quiere dar el paso de buscar una multifacética oportunidad de divulgación de la ciencia y la cultura a través de medios cuya ruta crítica exige disciplina textual en cuanto a extensión y consideración de lectores exigentes.

Ese profesor megalómano, fácilmente se puede convertir en un profesor mitómano, que se escurre en Facebook cuando debería abonar estímulos de apropiación de la literatura convencional en una actividad que no se demerita hasta en tanto lo que se dice en una sesión común en una signatura cualquiera sufre de exageraciones, rutinas, complacencias personales, irrealidades discursivas, altanería, amplificación de méritos irrelevantes, edición pagada por ellos mismos lo que se convierte fácilmente en mercenarización y anomia editorial (la calidad de la edición es puesta en duda, se escribe para editoriales “patito”, no se prospecta colaborar en publicaciones arbitradas), la formación se antepone a la práctica del profesorado, y algunos etcéteras cuya agregaduría demandaría más caracteres en el volumen permitido en estos espacios de opinión.

Facebook es un recurso cultural que aumenta la seguridad de decir lo que de otra manera concursaría a través del filtro clasista para el acallamiento de voces. De esta manera, la olla de presión encuentra un mejor canal de escape de esa moralidad depreciada, sometida y vulnerable. Siendo que existen espacios para la mejora continua del profesorado, los ensayos de escritura de lo que se publica en Facebook puede ser una herramienta eficaz y eficiente, si de aprendizajes primarios consecuentes con el avance de los contenidos de los estudiantes se trata, pero no deja de ser una forma rudimentaria de acción profesoral, si sólo se pretende salir al paso de extravagancias o deformaciones discursivas que ni toman al toro por los cuernos, y por el contrario, se protege dicha escritura para la lectura que es barrida de una mirada como inconsecuente, frívola o que comunica el mensaje equivocado. Ese profesorado universitario envía, de hecho, el mensaje equivocado de que las actividades escolares pueden conseguirse con el menor esfuerzo y el máximo beneficio (algo que ya se presume ser la idiosincrasia del mexicano).

El panteón cibernético es lo que ahora representa una red social como Facebook. Todo se guarda en ese estilo de comportamiento que se publica con el corazón en la mano, con la posibilidad de caer en posteos recrudecidos de violencia, inmoralidad o deseos superfluos. Es la ventana abierta a un uso inadecuado que tiene sus propios controles desde el operador central, así como una audiencia que reclama, en muchos de los casos, mejorar la atención progresiva a las exigencias de dignidad.

Migrar hacia otras publicaciones, hacen del profesor universitario un ejemplo de honestidad intelectual, apertura profesional y actualidad discursiva. Mayor audiencia significa mejores controles de la opinión pública, que como bien se ha dicho, es la base de la democracia contemporánea.

ACERCA DE JOSÉ NOÉ MIJANGOS CRUZ

Profesor Universitario. Promotor de Jornadas Universitarias de Divulgación. Desde 2001 es Articulista de la Revista “El Mundo del Abogado”. Opinólogo en el Diario “Noticias Voz e Imagen de Oaxaca” y en el Blogger “The Mexican Times”. Con Miguel Carbonell, Bernardo Gómez del Campo, Alfonso Lanzagorta y Enrique Espejel Caso, entre otros compañeros de generación de la Facultad de Derecho de la UNAM, funda en 1993 el Consejo Editorial “Salina Viaá”. Organismo que publicó sus trabajos en “El Sol del Istmo”, desde su fundación, hasta 1997. Citadino por devoción, provinciano por vocación. Sugiere debates sobre temas relacionados con: desarrollo sustentable y sostenible, ecología pedagógica, derechos humanos, turbocapitalismo, desterritorialización e hiperconsumo.