Conecta con nosotros

Cultura

Víctor de la Cruz ne ca diidxa’ binnihualadxi sti ca binnizá

Publicado hace

el

Ni guicá arquitectu Elvis Jiménez López

Escuchaba hace un tiempo una conversación entre jóvenes juchitecos, intercambiaban impresiones sobre la reciente película del actor americano Mel Gibson; además del entusiasmo con que narraban las escenas sangrientas de acción, uno de ellos resaltó que el director había denunciado en la película la especulación de la clase dominante de sacerdotes hacia el pueblo maya y cómo estos eran tan sangrientos. No sólo entre los jóvenes juchitecos, tan aficionados a las películas de acción gringas, había tal controversia, los herederos y estudiosos mayas habían protestado por la forma cómo este actor, antisemita, homofóbico y ferviente católico, había mostrado la civilización maya en su película Apocalipto.

 Mel Gibson y su película sobre los mayas es la representación más reciente de toda una tradición de manipulación del pasado de los pueblos indios. Desde los primeros escritos de los conquistadores hasta la más reciente superproducción cinematogáfica, se juzga a las civilizaciones indígenas desde la visión de la religión judeocristiana. Es muy cierto, no hay que desdeñar el que un gringo realice una película sobre una cultura indígena y que los diálogos hayan sido en la lengua de los mayas, pero, ¿no hubiera sido más interesante si los herederos de la cultura maya, de tener todos los recursos económicos y propagandísticos que se requiere, hubieran realizado una superproducción cinematográfica desde su propia visión, en vez de la del borracho de Mel Gibson?

 En cuanto a la manipulación desde la religión que el actor gringo trató de mostrarnos en su película por parte de los antiguos mayas, cultura que tiene mucho parecido con la de nuestros antepasados los Binnigula’sa’, Victor de la Cruz nos da una réplica desde un articulo publicado en Guchachi Reza en 1984:

Anuncio

 ¿Y actualmente podemos considerar al modelo de sociedad occidental, la norteamericana, libre ya del pecado del que se achacaba a los pueblos indios de que para justificar la ostentación y el ejercicio del poder de la clase dominante de esos pueblos envolvían sus estudios y registros de la realidad en un contexto religioso? ¿Y en qué forma fundamenta su poder la clase dominante en ese modelo de sociedad civilizada, la norteamericana, no acaso con la fuerza de los mitos judeo-cristianos contenidos en la Biblia? ¿No estamos ya casi frente a una teocracia cuando vemos al presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, del país en donde la ciencia está más avanzada, jurar el cumplimiento de su deber poniendo la mano sobre una sagrada Biblia? El poder ha echado mano de la religión, del mito y el rito y de la historia para prestigiar su origen y para justificar sus acciones.

 Cuánta vigencia tiene este extracto en la actual guerra que mantiene el Imperio “contra el mal” sustentada en el miedo y la manipulación de la religión por parte de George Bush hacia la gran mayoría de los ciudadanos de ese país, que apenas recientemente se están dando cuenta que fueron engañados. Podríamos refutar entonces que el productor de la Pasión de Cristo, vio la paja en el ojo ajeno y no vio la viga en el suyo.

 Es triste ver que a nuestros jóvenes todavía se les proyecte la visión de su pasado indígena, con el cebo de una película de acción, desde la visión extranjera que siempre ha sido inexacta, porque se ha despreciado el aporte de sus actuales herederos. Los extranjeros elogian las civilizaciones originarias de este continente y les cuesta trabajo creer que los actuales indígenas sean sus herederos y hay algunos llegan hasta el colmo en su desprecio por los indígenas cuando atribuyen la planeación y edificación de las grandes construcciones de nuestros antepasados a extraterrestres.

 Por eso es una esperanza para la supervivencia de los Binnizá el trabajo de investigadores como Víctor de la Cruz, que empezó a incursionar en el estudio del pasado de los binnizá desde que era informante de los científicos sociales y empezó a corregir sus errores desde su visión como indígena. Esta visión crítica de los estudios hacia los binnizá los sustentó con su trabajo científico pues no quiso quedarse con la actitud:

 … del aldeano vanidoso, quien piensa que es suficiente conocer su pueblo y su lengua y en sus horas de ocio rumiar algunas palabras, sin realizar ningún esfuerzo metodológico ni apoyarse en ninguna investigación, para tener la última palabra sobre la lengua y la cultura de sus antepasados.

Anuncio

 Los elementos con que ha trabajado Víctor de la Cruz han sido el conocimiento y estudio de la lengua de los binnizá: el diidxazá, la memoria histórica de sus paisanos conservados en las historias, leyendas, cuentos, chistes, contando con la ayuda del trabajo antropológico y epigráfico. Víctor de la Cruz ha tenido como principal ayuda el conocimiento atesorado en los actuales binnizá, al contrario de muchas de las investigaciones sobre nuestro pueblo que reservándose al estudio antropológico y epigráfico han despreciado el saber que pervive en los binnizá actuales, estudios de las que no se ha cansado de criticar Víctor de la Cruz echando mano a las armas que ya hemos mencionado para fundamentar sus razones.

 Su preocupación no ha quedado solamente en el estudio si no en la propagación de ese saber, de ahí que fundara junto con el pintor Francisco Toledo la revista Guchachi Reza, un referente fundamental para el conocimiento de nuestro pasado reciente y remoto; y de la cual se han basado los historiadores de la tijera y el engrudo que se han dedicado a cortar y pegar en sus libros el trabajo de investigación que nuestro escritor publicara en Guchachi Reza.

 Si aclarando entuertos empezó su arduo trabajo de investigación por entender a sus antepasados los binnigula’sa’, su pasión por el quehacer de descubrir cómo eran y cómo pensaban nuestros antepasados empezó desde su niñez cuando en el rancho de su padre se dedicaba rescatar las figurillas de barro que los binnizá también llamamos binnigula’sa’. Nos ha confesado Víctor de la Cruz en las ocasiones que hemos tenido el honor de escucharlo en las sobremesas, que su principal preocupación es la de relacionar el pasado con el presente, la de dar un significado a las actividades religiosas de los binnizá actuales con respecto al pensamiento y los dioses de los binnigula’sa’.

Es importante que los binnizá sepamos de nuestro pasado, sobre todo antes de la conquista, periodo de nuestra historia que curiosamente nuestro gobierno quiere suprimir de las aulas. Ya es tiempo que las futuras generaciones se les enseñe la historia desde la visión indígena y no desde la visión imperialista y globalizante.

 Un aspecto interesante es que con su trabajo y la propagación de este conocimiento a las futuras generaciones se podrá hacer un frente contra esta colonización que se sigue practicando contra nuestros pueblos, y que empezó desde la extirpación de nuestros dioses para imponer las figuras de una religión extranjera. Hoy acudimos todavía a los lugares sagrados en las fechas que se acercan a los días dictados por nuestros antepasados pero desconocemos su relación con la religión de los binnigula’sa’.

Anuncio

 Si se tiene el conocimiento del origen de nuestras prácticas religiosas, nuestros coterráneos sabrán valorar mejor sus costumbres y tradiciones; y no caerán tan fácilmente en el intento de los nuevos evangelizadores por destruir lo que nos queda, aludiendo que pecamos contra los designios de su dios, escritos en un libro tan ajeno a nuestra raza y fuente de nuestras desgracias. Con el fundamento religioso bíblico se justificaron y se justifican las matanzas que se hicieron hace quinientos años en este continente y se realizan en el medio oriente. Con este mismo pensamiento judeocristiano se ha escrito nuestra historia y con la que ha tropezado Víctor de la Cruz, la que ha tratado de separar para que quede la historia como cual es, como nos las entrega en sus escritos.

Retomado del Periodico ENLACE, 2007 

Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

Publicado hace

el

Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

Anuncio

Continuar leyendo

Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

Publicado hace

el

Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

Anuncio

El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

Continuar leyendo

Tendencia