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Opinion

#EscenarioPolítico | columna: Enfoque Mundial

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– Muchos amigos me preguntan acerca del conflicto Ucrania vs Rusia, que más bien debería decirse OTAN vs Rusia.

Mis alumnos de historia saben que recurro mucho a las analogías para ejemplificar los temas de estudio. Con respecto esta guerra intentaré hacer algo similar:

Estados Unidos es un país multiétnico que nació hace dos siglos y medio. Sus fronteras han variado a lo largo del tiempo. De trece colonias, hoy cuenta con más de cincuenta entidades federativas que conforman la Unión Americana.

Está de más recordar que California, Texas, Nuevo México, ente otros pertenecían a la República Mexicana, que fueron arrebatados por la fuerza a mediados del siglo XIX por el vecino del Norte. Pocos años después, hubo una ‘Guerra Civil’ en Estados Unidos, entre sureños y norteños, que por poco desarticula al joven país.

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¿Qué pensaríamos si hace treinta años la Unión Americana, como potencia mundial [nuclear] se hubiera dividido en muchos Estados independientes? Sería increíble. .

Supongamos que lo que quedaba de Estados Unidos hubiera exigido ‘garantías’ a la URSS para no acercarse a sus fronteras y que éstas hubieran sido aceptadas.

Imaginemos que después de ello, la Unión Soviética (URSS) hubiese integrado Texas, California, Nuevo México, Arizona, entre otros Estados ex-estadounidenses, al ‘Pacto de Varsovia’ (la OTAN comunista).

¿Qué pensaría el mundo si el ‘Pacto de Varsovia’, como clara provocación, pretendiera incorporar Florida (una de cuyas ciudades más famosas es Miami) a su alianza militar, pese a la oposición estadounidense? ¿Y si ante la necedad soviética, los yanquis decidieran atacar Florida para impedir que el ‘Pacto de Varsovia’ se extendiera hasta sus narices, instalando laboratorios biológicos y bases militares?

Ante este escenario hipotético sería comprensible la reacción de nuestros vecinos norteamericanos.

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Pues lo mismo le sucedió a la Unión Soviética, país que cambió de nombre después de la Revolución de 1917 (antes era conocido como Imperio Ruso que, de hecho, derrotó al mismísimo ejército francés al mando de Napoleón Bonaparte). La Unión Soviética fue la principal responsable de la derrota de Alemania, que dirigía Adolfo Hitler, en una guerra que le costó más de cuarenta millones de vidas.

La URSS se desarticuló en 1991, hace aproximadamente treinta años, con la promesa estadounidense de que la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) no se extendería hasta las fronteras de Rusia (el heredero jurídico, político y nuclear de la URSS).

La OTAN incumplió su promesa y fue incorporando a su alianza militar países ex-soviéticos como Lituania, Estonia, Moldavia, Letonia, entre otros. Rusia siempre se quejó por medios oficiales y estableció como ‘linea Roja’ que la OTAN no llegará a sus nuevas fronteras.

En 2014 Ucrania –limítrofe con Rusia, que siempre había pertenecido al Imperio Soviético / URSS y que se «independizó» en 1991 — sufrió un ‘golpe de Estado’ que derrocó a un gobierno neutral, democráticamente electo y amistoso con Rusia. La intervención de la OTAN (especialmente la administración estadounidense) fue más que evidente.

Ante este primer golpe, Rusia recuperó Crimea que había sido «regalada» administrativamente a Ucrania en tiempos de Krushov (el que gobernaba la URSS durante la ‘Crisis de los Misiles’). Otras regiones de etnia rusa, pero nominalmente ucraniana (como Dombás) optaron por independizarse de Ucrania y desde 2014 comenzaron a ser bombardeados por el ejército ucraniano, financiado por la OTAN. En los ataques ucranianos tuvieron especial participación grupos claramente neonazis, como el Batallón Azov.

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Con el pasar de los años, la OTAN se entrometió más en asuntos de Ucrania, a un grado que amenazaba la existencia misma de Rusia. Como último recurso, a un paso de la incorporación de Ucrania a la OTAN, RUSIA la atacó en un movimiento que llamó ‘Operación Militar Especial’. Sus objetivos fueron claros: frenar al gobierno ucraniano títere de la OTAN, derivado de un ‘golpe de Estado’ («desnazificación» le han llamado los rusos) y detener la masacre de ciudadanos del Dombás y otras provincias prorusas.

Desde febrero de 2022 la OTAN ha financiado el esfuerzo bélico de Ucrania. Rusia, por su parte, logró victorias militares estratégicas que le permitieron controlar la parte Este de Ucrania, limítrofe con Rusia, que representa el 15% de aquél país.

La Unión Europea (UE) cuyos países, en forma mayoritaria, pertenecen a la OTAN, decidió «sancionar» a Rusia, prohibiendo que comercializara con sus miembros. Desafortunadamente, Europa depende en buena medida del gas y petróleo rusos, y, debido a sus propias sanciones, está agotando sus reservas. Rusia, mientras tanto, vende a China, India y otros países asiáticos los hidrocarburos que Alemania, Francia, España, Italia y otros países europeos desprecian.

La propaganda occidental no puede negar los hechos relatados. Sin embargo, su narrativa omite los antecedentes y hace parecer este conflicto como una ‘guerra de agresión’, como las que Estados Unidos y la OTAN han realizado históricamente. Los ejemplos abundan: Vietnam, Corea, Libia, Panamá, Guatemala, Cuba, Irak, Siria, Serbia, Afganistán, etc., etc., etc.

La ayuda militar multimillonaria a Ucrania, por parte de la OTAN, ha prolongado el conflicto. Mientras tanto, el pueblo ucraniano, los soldados de ambos bandos y los habitantes de toda Europa están sufriendo las consecuencias.

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No tengo duda de que Rusia vencerá militar, política y económicamente, aunque a un alto costo. La gran perdedora será la Unión Europea que no cuenta con los recursos naturales que hagan sostenible su calidad de vida y que Rusia le facilitaba. Estados Unidos seguirá siendo una potencia mundial de primer orden, que únicamente verá mermada su influencia global.

Ojalá a nadie se le ocurra presionar el ‘botón nuclear’ o la humanidad misma estará condenada a la extinción.

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Opinion

La ecuación cambió: victoria estratégica de la República Islámica de Irán frente al sionismo | Enfoque Mundial

– La ‘paciencia estratégica’ ha terminado. Con toda seguridad podemos afirmar que a partir del 14 de abril de 2024 todo ataque contra Irán será respondido contundentemente. Algo histórico.

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Hasta antes de la madrugada de este domingo el Estado de Israel se daba el lujo de ‘asesinar selectivamente’ a altos dirigentes iraníes, principalmente en suelo sirio, lo que está prohibido por el Derecho Internacional. Sin embargo, la República Islámica de Irán poco podía hacer, debido a su desventaja tecnológico-militar. Además de que al autodenominado ‘Estado Judío’ lo apoyan Estados Unidos de América (EEUU), Inglaterra, Alemania y otros ‘países satélite’ pertenecientes a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Ello provocó innumerables episodios dolorosos para la nación persa, tales como el asesinato de varios de sus mejores científicos. Las humillaciones tuvieron que ser soportadas por la dirigencia iraní que se preparó diligentemente durante décadas hasta contar con la suficiente fuerza para devolver el golpe en caso de recibirlo.

Y el día llegó. Después del bombardeo del consulado de Irán en Damasco, a principios de abril, que costó la vida de más de una docena de diplomáticos, entre ellos, militares de alto nivel del Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica (CGRI), el gobierno iraní prometió una respuesta militar, misma que cumplió.

Durante casi dos semanas los iraníes implementaron una audaz guerra psicológica, afirmando que esta vez vengarían a sus mártires. Ello provocó una incertidumbre pocas veces vista en el Estado sionista, conscientes de las capacidades bélicas desarrolladas por las mentes iraníes en lustros recientes, que les permiten fabricar drones de última generación, así como misiles hipersónicos, capaces de impactar en cualquier lugar de Israel o país vecino, estén o no protegidos.

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El ataque del domingo en la madrugada (sábado en la noche en el hemisferio occidental) fue una pequeña muestra de lo que ahora son capaces los militares iraníes. A pesar de anunciar con suficiente antelación que atacarían objetivos israelíes desde ‘suelo iraní’; a pesar de que aliados árabes y occidentales de Israel pusieron a su servicio todas sus defensas antiaéreas, el golpe se efectuó tal como fue prometido.

El mundo fue testigo de los impactos en distintas bases de las Fuerzas de Defensa Israelí (FDI). La bofetada que el Imam Seyed Alí Jameneí dio al Primer Ministro Benjamín Netanyahu fue terrible y humillante. Con esto quedó establecida la nueva ecuación en las relaciones bilaterales.

El gobierno israelí ha pretendido maquillar la derrota afirmando que los complejos antiaéreos detuvieron el 99% de los drones y misiles que ingresaron al país, cuando es de sobra conocido que la mayoría de dichos artefactos eran señuelos que cumplían, precisamente, el propósito de saturar los sistemas defensivos, lo que fue muy bien logrado; tanto así, que se estima que Israel y aliados gastaron aproximadamente ¡mil cien millones de dólares! la noche del ataque. El costo de las armas ofensivas iraníes, por el contrario, fue diez veces menor.

La victoria iraní es innegable, tal como concuerdan los principales analistas militares y geopolíticos del orbe. El prestigio de la República Islámica se ha incrementado en el mundo musulmán, compuesto por más de mil quinientos millones de personas. La causa Palestina continúa vigente y con más posibilidades de triunfar, ahora que su principal aliado ha humillado al Estado de Israel. El mundo está cambiando en cuestión de días, y nosotros somos testigos de estos cambios.

La decisión esta vez se encuentra del lado israelí, cuya dirigencia tendrá que elegir entre seguir masacrando civiles en Gaza, invadir Líbano, atacar Irán o, sencillamente, alcanzar un acuerdo en los términos de Hamas y el Eje de la Resistencia, lo que equivaldría a reconocer su escandalosa derrota más de seis meses después del 7 de octubre de 2023.

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El Estado de Israel enfrenta la peor crisis de su historia. La visión fundamentalista de su actual dirigencia acelera su desmantelamiento como régimen de segregación religiosa. El destino de Benjamín Netanyahu parece estar sellado.

Las próximas horas serán cruciales.

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Opinion

De Damasco a Quito. Violación de la soberanía mexicana | Enfoque Mundial

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«Ante la brutal irrupción perpetrada por la policía de Ecuador a la embajada mexicana la noche del viernes 5 de abril, y de acuerdo a la instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, México anuncia el rompimiento de relaciones diplomáticas con ese país», se lee en el Comunicado número 128 de la Secretaría de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos Mexicanos.
(más…)

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