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Cultura

Doña Marina

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(1501?-1529?)
No se precisa los datos sobre su persona, desde su lugar de nacimiento cercano a lo que hoy es Coatzacoalcos; ahora, cuándo murió? Se cree que murió durante la epidemia que azotó la ciudad de México entre 1528-1529.

De la expedición a las Hibueras, hoy actual Honduras donde ella acompañó a Cortés; y éste se llevó consigo a Cuauhtémoc y a su primo el señor de Tlacopan o Tacuba. Esta expedición duraría del 12 de octubre de 1524 que fue cuando salieron de la ciudad de México, a 19 de junio de 1526. Se cree que al inicio de este viaje que Cortés emprende en busca de Cristóbal de Olid, éste por su propio fuero se fue hacia al sur en busca de descifrar su suerte y colonizar algún territorio en la región que hoy se llama centroamérica. Si Cortés obligó o no, a doña Marina acompañarlo sobre este asunto no hay información. Sólo que según Bernal Díaz del Castillo, ella contrae nupcias en este viaje en la actual Orizaba, Ver; y por otra fuente se sabe que ella se casa antes de llegar a Coatzacoalcos, con Juan Jaramillo, un capitán de Cortés. Porqué se casa? Para dar base firme a su persona, para proteger el futuro de su hijo Martín Cortés, por estatus social, ya que casándose ante la iglesia con un español le daba firmeza y estabilidad ante la sociedad de esa época.
Se cree que de este matrimonio ella tuvo una hija, que se le dio el nombre de María. Y ustedes se preguntarán y qué pasó con Alonso Hernández Portocarrero? A quien Cortés le entregó en aquel 14 de marzo de 1519, en el pueblo de Centla, Tabasco? Donde el señor de Centla ofrece 20 mujeres al vencedor de la guerra sostenida en su comunidad; destacándose ella entre estas mujeres en belleza y señorío.
Portocarrero era pariente lejano de Cortés, y era uno de sus capitanes, parece que pronto lo envío a España llevando cargamento de oro para el rey Carlos V, y sus cartas donde daba información sobre sus actividades al rey español que gobernó de 1516 a 1558, cuando ocurre su muerte el 21 de septiembre de ese año. Las cartas escritas de Cortés al rey, fueron famosas, llamadas Cartas de relación; donde Cortés menciona el nombre de doña Marina, tres veces; estas cartas según dicen están bien escritas, ya que él, Cortés, manejaba un buen nivel de castellano y latín que aprendió cuando de joven su padre lo envío a estudiar en Salamanca. Algunos dicen que no ingresó en la universidad, sólo que en esa ciudad tuvo un tío que era Notario; ahí aprendió el castellano y a redactar.
Amigos, el viaje a las Hibueras fue un fracaso, en la proximidad en lo que hoy es la actual Honduras, Cortés halló unas embarcaciones abandonadas y con la noticia de la muerte ya ocurrida de Cristóbal de Olid. Fue un viaje lleno de dificultades, atravesar ciénegas, ríos caudalosos; falta de víveres, y hasta ahí nuestros indígenas haciendo los trabajos duros y peligrosos, sumaban cerca de 3000 indígenas entre tlaxcaltecas, mexicas considerando los de Tacuba, cuyo señor y Cuauhtémoc iban en esta expedición. Al llegar a la provincia de Acalan, fue donde Cortés asesina a Cuauhtémoc y a su primo Tetlalpaquetzal, señor de Tacuba- 28 de febrero de 1525-. Es este desgraciado hecho lo que a mí me duele como indígena zapoteca; sí la muerte del joven rey de México a sus 28 años, por el asesino, cruel, sanguinario, genocida y ambicioso español; que por lo leído sobre él, atisbo que no cobijó en su alma aventurera ni un ápice de amor, por nadie! Sólo cobijó en su ser profundo egoísmo y el amor insaciable por el oro, que según él dicho metal lo curaba de su única enfermedad que pronta aparecía por falta del preciado metal dorado. Se dice que el rey de México, Cuauhtémoc- : único héroe a la altura del arte:

Yo que sólo canté de la exquisita partitura del íntimo decoro,
alzó hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita la gutural modulación del bajo,
para cortar a la epopeya un gajo.

Suave Patria: permite que te envuelva en la más honda música de selva
con que me modelaste por entero
al golpe cadencioso de las hachas,
entre risas y gritos de muchachas y pájaros de oficio carpintero.

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Cuauhtémoc:
Joven abuelo: escúchame loarte
Único héroe a la altura del arte.
-poeta nacional: Ramón López Velarde-1888- 1921 en la CDMX-.
De este viaje por la actual Honduras- dicen que recibe este nombre por la profundidad u hondura del mar en ese punto-. Regresan a la CDMX el 19 de junio de 1526; ella doña Marina hablaba español desde 1522. Ya no tuvo necesidad de ser traducida por Gerónimo de Aguilar de maya a castellano. Los españoles la respetaban y ellos eran quienes la llamaron doña Marina; Cortés prepara su viaje a España, su voluntad llevarse su hijo Martín para educarlo en su país. Doña Marina va perder su único hijo, se queda viendo que su hijo se va con su padre; fue doloroso para ella perder a su hijo. Este viaje se inicia el 15 de marzo de 1528, el viaje a España en ese entonces duraba 42 días.
Durante su estancia en España, Cortés se vuelve a casar con Juana de Zúñiga, hija del Conde de Aguilar. Desde las ventanas de las casas Cortés es ovacionado, montado en un caballo brioso bien enjaezado; es recibido por el rey Carlos V; éste le otorga el título nobiliario de Márquez del valle de Oaxaca; él se muestra generoso con las damas de la corte, regala joyas en oro y piedras preciosas, visita Sevilla. Regresa a México el 15 de julio de 1530, sin su hijo Martín. En este año doña Marina ya había fallecido; información sobre su persona entre 1528 y 1529 está envuelta en penumbra, no se supo en qué año murió y en qué lugar. Queda pues sepultada su imagen, como negada por los poderes de esa época, como la religión Católica, como por el primer Virrey de la Nueva España.
Los historiadores ya no dieron cuenta sobre el ocaso de esta mujer ejemplar que los escritores de la Independencia de México trataron con atisbo maniqueo para hundirla en el sótano de la historia mexicana con adjetivos denigrantes: por ser mujer indígena, esclava, y por atreverse llegar a ser la gran señora que los indígenas llamaron Malintzin: mujer imperial: dona Marina.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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