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Cultura

Don Rogelio G. Peralta

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«Un amigo que nos regaló una estrella con su sonrisa siempre.»

Fue ayer mientras compraba dulces de icaco, camote y de papaya con mi marchante, así ella me saluda. Y me pregunta y su amiga la güera de Salina Cruz…? Amigos me enteré de la muerte de Rogelio Peralta- aunque él antepone Gómez que así se apellidaba su padre Lindu Feu- inclusive me contó un día- : mi padre nació de madrugada, no había luz eléctrica, entonces la partera exclamó:- qué lindo niño…-. Al amanecer ya con la luz del día, la misma partera dijo:- qué feo! Niño. De ahí que su señor padre mientras vivió le llamaron en Juchitán Ta Lindufeu.
Su madre se apellidó Peralta, hermana del famoso profesor Esteban Peralta, aquel que compitió con Tarú – Manuel Musalem -, por el PPS y él don Esteban por el PRI. Esta contienda electoral hizo crónica viviente hasta hoy. Don Esteban Peralta era un juchiteco bien plantado, usaba sombrero texano, bien vestido; era buen conversador; así les oí en un medio día en el despacho del maestro Andrés Henestrosa – Motolinía 8, Centro de la CDMX -; platicaban los dos ameno entre anécdotas jocosas de paisanos del Istmo – oí de un espinaleño por ejemplo, médico de profesión; candidato a Diputado Federal en el primer tramo del gobierno de don Adolfo López Mateos- casado con la media hermana del Presidente ALM-: no quería ofrecer nada en su campaña, ni una promesa de mejora para nada ni nadie, ni para mejorar la fachada de una escuela,- nada de nada!-:- le decía el maestro Andrés- : – regala aunque sea un cerro, un río…Algo! -. No se le pudo convencer porque era en extremo codo-.
Volviendo a mi amigo Rogelio Gómez Peralta, puso siempre en alto el apellido Gómez de su señor padre, a quien él recordó como un hombre estricto, que bastaba una mirada de él – al momento hacer lo ordenado-; – en cambio mi madre era puro dulce de Dios que me consentía y me defendía del rigor de mi padre. Mi padre era afortunado por casarse con una mujer tan guapa como mi madre, siendo como le llamaron Lindufeu. La verdad es que la familia Peralta eran hombres y mujeres guap@s.
Así recuerdo aquel hijo de don Esteban Peralta que murió en un accidente en un domingo al bajar por la carretera viniendo de Matías; justo al dar la vuelta con su coche Valiant Acapulco, La puerta del Pacífico. Bien, amigos; la noticia de la muerte de mi amigo Rogelio cayó derechito en mi corazón.
Hicimos programa de radio juntos por un poco más de 2 años. Lo recuerdo sentados él y yo en un restaurante desayunando, siempre ameno, alegre, feliz. Me llevó un 5 de Septiembre a la escuela de su hija, en la escuela Juchitán, para recordar la batalla donde los Tecos y los pueblos anexos les ganaron a los franceses en aquel septiembre del año de 1866; donde los tehuanos estuvieron del lado de los franceses y en contra de Juárez- este país nuestro entre Liberales y Conservadores, hasta hoy -. Ver los niños atentos, limpios, uniformados en esa mañana con su carita risueña, es simplemente inolvidable. Cuando alguien muere, no va contento del todo, no! Porque la vida es bella, por eso, ayer mismo le pedí a Dios que consuele a mi amigo en su caminar eterno hacia Él, que lo bendiga y le dé paz en su descanso eterno. Y a su familia, su esposa que por él me compartió una porción de su comida del día; sus hijos, hijas mi más sentido pésame ante su pérdida irreparable. QDEP mi inolvidable y constante amigo: don Rogelio Gómez Peralta, aquel que naciera el 18 de Enero de 1951 y que se fuera de nosotros en ese amanecer del sábado 31 de Julio. Adiós mi amigo Rogelio.
Suerte para ustedes hoy martes 3 de agosto del 2021.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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