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Cultura

Circo Pascualillo

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Amigos a mí me encanta el cine, he visto entre las muchas películas, una al menos de las joyas del cine mundial, una de las 10 películas consideradas maestras en el cine mundial: Napoleón; en esta película no hay diálogo en audio, sólo música clásica y pareciera que la imagen fuera complementada pegada una con otra para hacerla más descriptiva.

Además de Psicosis y pájaros- filmada en 1960 -y Crimen perfecto- 1954 – de Alfred Hitchcock (1899-1980). Que esta última proyectada en una sala del Centro Cultural Universitario, con la explicación posterior de un ministro – cinéfilo y admirador de Hitchcock- de la suprema corte de justicia. Amigos, sólo que El Circo es otro sitio cultural que a mí me fascina, y el gusto lo adquiero por la emoción con que mi abuelo don Amado Sánchez me llevaba a ver con 10 años de edad que tenía, al circo Pascualillo Hermanos, que llegaba aquí en Juchitán en época de sequía, no de lluvia que era de marzo a septiembre. Al iniciar la función de cada noche el desfile de los artistas acompañado de una bella abanderada en traje de baño de una sola pieza, María y los payasos Julián y Pepe, me parece que con un enano; animales no. La abanderada de nuestro lábaro patrio era la bella María, hermana del trapecista Dona Mónargo- eran hermanos y además tecos-; de la Segunda Sección. Porque aquí en Juchitán en su fundación fue dividida por Secciones que llega hasta la Novena que está detrás del río en el lado sur; nosotros los Chegüeños somos de la Octava detrás del río en la parte Norte. Bien, los hermanos María y Dona son de la Segunda Sección, en gran parte oriental de Juchitán; vivieron en un callejón famoso hoy llamado Callejón de Los Leones, que atraviesa calles como Aldama, Álvaro Obregón, Morelos; estas calles son de oriente poniente. En la calle Morelos el callejón de Los Leones llega en dirección oblicua de norte a sur; preciso donde tiene su casa este gran cantor y gran guitarrista Hebert Rasgado que tradujo con un bello arreglo Yesterday, en zapoteco y canta espléndido Guendanabáani – Vida en zapoteco – de Juan Stúbi- un campesino-; pieza que también canta Tania Libertad y Lila Down.

Aconteció un día después de los 50; que el circo que inicialmente llegaba en Juchitán era El Atayde; y una de esas veces dejaron encargado ha Toño Ndreá – hermano de María y Dona -; a 3 leones guardados en una jaula. No se los llevaron! Se los encargaron ha Toño Ndreá y por desgracia de estos animales Toño Ndreá olvidó darles de beber agua y darles de comer; habiéndole los dueños dejado con él para su manutención y propina para él. Fue en ésos días que Toño agarró la jarra, que era de por sí su gusto. Para no abundar más, los leones murieron por falta de agua y comida. Es así que dicho callejón tan famoso hoy se llama de Los Leones. Y a mí en lo personal ese callejón lo recuerdo con cariño porque en él al anochecer me paraba con mi novia Zaira; entonces era un estudiante de La Prepa. Y el callejón era limitado por cerca de ramas o de hileras de árboles que a su margen crecía, un árbol de hoja amarilla me acompaña en mi recuerdo junto con el olor ha Jazmin del cabello de Zaira que caía sobre su mejilla tersa y sus ojos negros profundos y eternos en aquella época de lluvia y de mi juventud rebosante de vida; abrazados sobre el callejón de los Leones en aquel atardecer que la noche sorprendía con un primer tintinar de luceros de nuestra juventud. Qué bella tarde, qué hermosa era Zaira, cuando me fui a la CDMX ha estudiar a fines de 1967, fue la última vez que la ví. Murió muy joven sólo que vive en mi recuerdo.
Bien, los payasos Julián y Pepe hacían un sketch de lujo, la voz del gran Julián era un poco ronquita; era delgado, era genial! El circo Pascualillo se instalaba en la esquina de la calle Colón y Juárez, en un patio de un hombre rico llamado Ta Naatu Ferra- señor Ferra -. Todo el evento nocturno que dura la función del circo lo acompañaba una banda de música. No había palomitas, Cheskos, nada de éso! Los payasos eran tan graciosos que no tenían ninguna necesidad de hacer reír a su público ridiculizando un niño o una niña. No! Eran Julián y Pepe simplemente fantásticos!. Amigos disfruten su día. Suerte!

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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