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Cultura

Día del Taxista: nada que Celebrar

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Juchitán de Zaragoza, Oaxaca.- Sumido en la más honda de su crisis el taxismo juchiteco arriba a su festejo anual, con el sabor amargo del desastre y la anarquía como último reducto de su sobrevivencia, quedando muy atrás los años de bonanza de este noble oficio.

Hace aproximadamente veinte o diez años, el trabajador del volante debía esperar un lapso no mayor ni menor a las dos décadas para tener derecho a una concesión, el chofer debía de cumplir con ese requisito ininterrumpidamente cuantificable y avalado por los directivos de su gremio para beneficiarse con la anhelada oportunidad de ser propietario de un taxi, dueño de la unidad y la concesión.
Bajo esa premisa jurídica algunos líderes del gremio de ese entonces, se aprovecharon y, varias concesiones fueron otorgadas a familiares, amigos compadres y hasta parejas sentimentales en turno, lo que provocó inconformidades internas y desgajamiento de la unidad en el transporte, quienes hoy no respetan la antigüedad ni el protocolo para el otorgamiento de las concesiones, sumando a este descontento el oportunismo político de algunos líderes, que llevó al sector a una honda división política, resultando moneda de cambio y trampolín para muchos aspirantes a puestos de elección popular, el clientelismo político de lo que significaba el taxismo se pulverizó ante los escenarios electorales.
En plena época de bonanza la mayoría de los “patrones” no trabajaban sus unidades, esta actitud generó el surgimiento de choferes y postureros quienes cubrían un turno de doce horas con una cuenta que oscilaba entre los trecientos cincuenta y quinientos pesos, dinero que se le daba al “patrón”, con la responsabilidad del chofer, de entregar la unidad con el tanque lleno de combustible y su aseo (lavado y perfumado), ese dinero era “libre de polvo y paja”, en la actualidad la cuenta oscila entre los ciento cincuenta y doscientos pesos, con una gran diferencia que los que trabajan las unidades son los “patrones” en su mayoría, dejando muy atrás lo que significaba el negocio del taxi, hoy resulta incosteable e insostenible esta propiedad.
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Los grupos externos coludidos con algunos líderes del gremio provocaron choques ideológicos y partidistas entre los taxistas, tras la supuesta apariencia de mejorar las condiciones de los auténticos trabajadores del volante, oportunidad que no perdieron algunos políticos para atizar el fuego del descontento y salir fortalecidos en sus músculos electorales, los condujo al ingreso de la nueva modalidad de trasporte; los Mototaxis.
La entrada de esta modalidad de transporte a la ciudad ofrecía una nueva alternativa más económica.
A través de la mentira engatusaron al pueblo, vendiendo la idea de que este servicio cubriría las colonias populares, lugares abandonados por los taxistas que muchas veces no querían acudir.
Con un costo muy bajo que ofrecían este medio de transporte para el usuario, generó el apoyo popular y despertó la ambición desmedida de diversos actores políticos que ingresaron un número superior a las mil unidades en la ciudad en una primera etapa de su entrada, sin embargo el número de motos fue en aumento y resultando hoy, imparable.
El nuevo escenario del taxismo se encuentra en una profunda división al grado de llegar a tener entre diez y dieciséis agrupaciones, donde cada agrupación desea que sus adeptos tengan una concesión.
Resulta lamentable, que dentro de la desesperación y auspiciados por la misma autoridad del Transporte, el gremio genere la introducción de nuevas unidades piratas, bajo pretexto de una desobediencia ante lo inconcebible de la actuación de la Secretaria de Vialidad y Transporte del estado.
Esta honda crisis ha llevado a los choferes a sostener que no hay nada que celebrar, pero además resultaría muy riesgoso que el Estado genere condiciones u otorgue la liberación del Transporte, lo que sin duda podría provocar el acabose total de este sector que ofrece su servicio a la comunidad y que se encuentra a una paso de su aniquilación por intereses encontrados.

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Taxistas Antes y Ahora

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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