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Cultura

Conde de Montecristo

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Época de Pandemia
El texto escrito admirable por estar bien trabajado con las herramientas de la escritura como: punto, punto y coma, coma, signo de admiración, interrogación…Apóstrofo, es una especie de coma que detona o suaviza la vocal o consonante. Por ejemplo en zapoteco decir aquí: r’aar’ii ; no es lo mismo raarii porque el tono de la r es fuerte; y ya no corresponde el fono de la palabra hablada en zapoteco, en donde la r debe pronunciarse fuerte: rancio, reír, rimar, rogar, rugir…En cambio en zapoteco: r’iini’: sangre: r’iiní: dice; escrito como riní, no suena igual. De ahí que Ferdinand de Saussure el fundador de la lingüística tiene razón en preferir el lenguaje hablado porque es fiel en sonido; no así el lenguaje escrito. Aquí se pierde el sonido o fono de la palabra o signo lingüístico como él lo llama.

Amigos el objetivo inicial de este texto es comentar la obra literaria “El Conde de Montecristo” del escritor francés Alejandro Dumas, publicado en 1844. ¿Ya leyeron bien la fecha? Hace más de un siglo y la obra es tersa y joven porque echa andar en ella los sentimientos humanos más notables o visibles del ser humano como: la envidia, la avaricia, el odio, la venganza…Era que el joven marinero regresa a casa después de un largo viaje; él de niño ganó la confianza del hombre rico propietario de barcos mercantes. Es así que a temprana hora sube a bordo e inicia a navegar; aprender el oficio de marinero. Sucede que tiene una novia, Mercedes Herrera, guapa, bella en plenitud de un medio día. ¡Ella espera con ansias el regreso de su novio Edmond Dantés porque a su regreso pronto! Se casarían. Edmond baja del barco emocionado porque se va a casar con el amor de su joven vida. Era un mediodía en ese puerto; cuando Edmond baja, ¡qué sorpresa! los estaba esperando los policías, lo aprehenden y sin más es remitido y sentenciado por varios años de prisión en una isla rocosa a varias millas de la costa. Ahí fue a dar Edmond Dantés. Mercedes quedó inmóvil, paralizada ante tan desafortunado evento.
Aquí es la envidia, la que genera odio hacia la persona que, sin hacer mal a nadie, recibe los culetazos e ira del envidioso o envidiosa que, con chisme, mentiras, con su pérfida acción logra destruir al joven marinero que en primer lugar ese día se iba casar con la bella Mercedes; y por otro lado el capitán del barco había anunciado que era su último viaje, se retiraba por su antigüedad. El dueño del barco había designado al joven Edmond Dantés en ser nombrado capitán del navío a pesar de ser tan joven.
¡Todo! Se va a tierra ante la detención de Edmond. Era por un lado la envidia del borracho Fernand Mondego por no haber sido el elegido para ser capitán de la embarcación y por otro lado un eterno enamorado no correspondido de Mercedes operó con su perfidia la maquinación del evento de la detención del joven Edmond Dantés, que vivía con su madre y le procuraba su bienestar como buen hijo que era. Su padre ausente.
Amigos, Edmundo Dantés fue condenado a prisión varios años bajo el argumento de compartir información y transportar armas a un enemigo del rey; es decir por supuesta alta traición. La vida da un giro amigos, nada es eterno; todo cambia, todo fluye nada es constante, como dijera Heráclito. Lo que hoy sucedió mañana es recuerdo que se va nublando con el paso de los años, el polvo lo obnubila y todo llega a ser el tamo delante del viento; ¿qué es el tamo? Es ese hilillo acumulado en las esquinas altas de las paredes de la casa o esa especie de hilo que cuelga y se forma por falta de aseo debajo de las sillas; que por hábito con una escoba lo sacudo y lo desprendo porque lo considero de mala suerte. Además, que por belleza hay que deshacerse del tamo; en zapoteco se llama doo yóo.
Esta obra cumbre del escritor Alejandro Dumas es lectura obligada. Un día un amigo y yo entramos a la librería Ghandi de Francisco Quevedo de la CDMX. Al instante vi El Conde de Montecristo, mi amigo quería uno también, era el último de las pilas de libros ahí. ¡Ni modo! Mi suerte. Cuando puedan lean esta gran obra tal vez ocupen algunos meses disfrutando su lectura. Haydée es la bella chica que le dice al Conde de Montecristo, “dame tu mano, llévame del brazo. Déjame quererte, amarte: ¡tienes derecho a ser feliz! Haydée es un nombre griego que significa modesta, respetuosa. Amigos que tengan un bonito día. ¡Hasta la vista! ¡Cuídense! Suerte.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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