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Cultura

Héctor

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Época de Pandemia

Es el nombre del más grande héroe troyano, hermano de Paris o Alejandro; éste al nacer su padre Príamo rey de Troya tuvo un sueño en donde vio que una antorcha iniciaba el incendio de Troya, por lo que él decidió deshacerse del niño. Sólo que a la muerte del pastor que lo recogió, París por casualidad o por destino desdichado de Troya regresó siendo ya un hermoso joven. Hécuba y Príamo sus padres lo recibieron, a pesar del presentimiento de desdicha que su hermana Casandra sintió en el corazón por su virtud de vidente. Con el tiempo se casa Tetis y Peleo donde asistieron todos los dioses del Olimpo; ahí en un encuentro casual de las 3 diosas: Juno la diosa madre, esposa de Júpiter; Minerva la diosa de la sabiduría y Venus la diosa de la belleza y del amor.


Quiso el destino que juntas se encontraran con la diosa de la Discordia durante la fiesta y ésta lanza a su paso una manzana de oro diciendo a ellas a la vez: A la más bella. Y París o Alejandro coincide pasar por ahí y coge a la manzana. ¡Las 3 diosas pronto! Estuvieron frente a él y cada una le suplica dársela: Juno le dice: – “Si tú me la das, te convierto en el hombre más poderoso”; y Minerva le propone: “Si tú me la entregas te hago el hombre más sabio” y Venus simplemente le propone; “si tú me la entregas, te daré la mujer más bella del mundo”. Paris sin pestañear de Ipso Facto entrega la manzana a Venus la diosa de la belleza. Y es así al pasar el tiempo su padre Príamo rey de Troya lo envía a Esparta en visita oficial al rey griego Menelao, esposo de Helena la más bella mujer del mundo. Y cómo es el Sino, con tal de cumplirse, Menelao durante la visita de Paris él decide viajar a Creta, dejando a su bella mujer con un joven hermoso que era París. Pues sucedió lo que tenía que suceder, ¿cómo es posible que un esposo reciba visita de un hombre teniendo como esposa una mujer muy bella? ¿Y luego dejarla sola haciendo un viaje…? El dicho de la bella Güera Rodríguez es una gran verdad: “La mujer es estopa y llega el diablo y que sopla”.
Pues…, después del acto París a su regreso a Troya se lleva a Helena. No la rapta ella de su propia voluntad se va con él. Así cumple Venus lo que le prometió. Este es el origen de La Guerra de Troya que duró diez años en concretarse el triunfo de los griegos; rescatar a Helena así lavar la afrenta al marido engañado Menelao, hermano de Agamenón líder de los reyes de las islas griegas quienes fueron convocados por él para ir al rescate de Helena, destruyendo y convirtiendo en cenizas los cimientos de la muralla de Troya.
Amigos, Héctor el más grande guerrero troyano es hermano de Paris. Un día durante el asedio de Troya, Aquiles se refugia en su tienda de campaña ofendido por Agamenón ya que éste se lleva a Criseida, de la que él se había enamorado. Decide no pelear y su actitud desanima a los griegos, la balanza de la victoria no les favorece. Sólo que Patroclo amigo muy querido de Aquiles le pide su armadura para salir a pelear en su lugar. Aquiles acepta, sólo que los troyanos se dan cuenta del engaño. Y así Héctor se lanza con toda su bravura contra él y le da muerte. Se entera Aquiles que su amigo Patroclo ha muerto en manos de Héctor y es así que la tierra retumba al entrar en la guerra el más grande de los guerreros del mundo, Aquiles; el hijo de la diosa Tetis y Peleo; aquel que su madre lo sumergiera agarrado de su Talón a la Laguna Estigia para hacerlo invulnerable a las flechas y darlo al centauro Quirón para enseñarle el arte de la guerra y éste para quitarle el miedo le dio de comer médula de león. «Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó a la mansión de Hades a tantas almas de héroes que sirvieron de pasto a los perros y aves de rapiña». Así inicia la Ilíada la obra épica universal de Homero.
Amigos, Héctor es una palabra griega que significa: » El que posee, el que tiene firmemente o el mantenedor, el defensor.»
Un abrazo mi amigo. ¡Cuídense! Dios nos bendiga.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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