Conecta con nosotros

Cultura

Muxes: El tercer Sexo de México

Publicado hace

el

El primer nombre que tuvo Darina Guerra fue Jacinto. Su nuevo nombre lo escogió a los 15 años, cuando asumió su identidad como muxe. Darina nunca tuvo miedo de ser rechazada por quién es, y su familia y vecinos la apoyaron en la transición a su nueva identidad. En Juchitán, una ciudad en el estado de Oaxaca a 700 kilómetros al sureste de la Ciudad de México, ser muxe no es sinónimo de discriminación. Tampoco de exclusión. Ser muxe es tan natural como ser hombre o mujer.

Muxes Oaxaca2
“Soy muxe porque no soy mujer ni hombre. Soy hombre que tiene pensamientos de mujer”, dice Darina. Su mamá reconoció esto desde que su hijo era pequeño. “Cuando tenía 5 años, a la hora de la Zandunga, él escuchaba la música y corría por una de mis enaguas, se la ponía y bailaba. Ahí es que noté que mi hijo era diferente, que era muxe”, dice Rosalía Carballo, madre de Darina.
Hay dos tipos de muxes, las gunaa y los nguiiu. Las muxes gunaa son personas que nacieron como hombres pero que se identifican con la mujer, sienten atracción por hombres y asumen roles femeninos en la sociedad. Los muxes nguiiu son aquellos que nacieron como hombres y sienten atracción por otros hombres. Los zapotecas, el pueblo indígena que habita en Juchitán, reconocen a los y las muxes como un tercer sexo desde que tienen memoria. Se les respeta y celebra como parte integral de una cultura, centrada en la feminidad y la fertilidad.
Muxes Oaxaca3
“Desde las trincheras de las muxes, hemos ganado espacios que en ninguna otra parte se han ganado. Esto ha hecho que nuestra cultura sea tolerante a nuestra identidad”, dice Biiniza Carillo, una muxe. “La cultura zapoteca es guerrera. Tiene voz el hombre, tiene voz la mujer y también se le dio la voz al muxe para ganarse espacios. Somos luchadoras por nuestro cuerpo, nuestro espacio, nuestra casa”, dice.
Los y las muxes incluso tienen un rol social y económico definido dentro de la sociedad zapoteca. La mayoría asume labores tradicionalmente femeninas, como el bordado o la artesanía, a través de la cual preservan su cultura. “Los oficios que realizamos, desde el tiempo de nuestros antepasados, han sido solo para muxes. Cocineras, bordadoras, tejedoras, realizadoras de adornos y embellecedoras de mujeres son cinco oficios tradicionales de muxes”, dice Biiniza.
Muxes Oaxaca4
Sin embargo, no están obligadas a trabajar en estos rubros. Mientras muchas muxes encuentran oportunidades en los trabajos tradicionales, otras optan por otras profesiones. “Si van desarrollando habilidades artesanales o intelectuales y artísticas, se les va reconociendo por esas habilidades. Aquí si alguien es músico y es muxe, lo importante es que es músico, y él sabrá qué hace con su sexualidad”, dice la socióloga Marina Meneses, residente de Juchitán.
Muxes Oaxaca5

«Aquí las personas valen por su trabajo y su aporte a la comunidad. No valen por su dinero u orientación sexual patriarcal, eso pasa al segundo término. Lo que importa es cómo contribuyes a tu comunidad y de esa manera eres aceptado» dice la socióloga Marina Meneses.

Las muxes enfrentan algunas limitantes a los trabajos que pueden acceder, ya sea por cuestiones culturales, económicas o educativas. Socialmente no está aceptado que obtengan puestos políticos o de representación popular. Muchas escuelas no les permiten vestirse de mujeres, por lo cual abandonan sus estudios. Frente a la escasez de oportunidades económicas en los trabajos tradicionales, algunas optan por trabajos informales.
Muxes Oaxaca6
“La muxe vestida de mujer tiene dos opciones: la primera es quedarse en su comunidad y optar por estos oficios culturalmente asignados, o ser una luchadora social, para abrir espacios que mejoren la vida de las muxes; la otra, que puede ser una puerta falsa, es irse a otra ciudad y vivir en un esfera de humo de que va a ser aceptada como parte de otra identidad sexual”, dice Biiniza.

El reto que identifica Biiniza para las muxes es encontrar un balance entre el aprecio y respeto que reciben por parte de su comunidad, y a su vez, encontrar formas para sobrepasar los retos tradicionales que limitan su acceso a oportunidades académicas y de participación social.
Muxes Oaxaca7
La socióloga Marina Meneses identifica que existen elementos dentro de la cultura juchiteca que pueden fomentar una mayor equidad y participación laboral de las muxes. “Aquí las personas valen por su trabajo y su aporte a la comunidad. No valen por su dinero u orientación sexual patriarcal, eso pasa al segundo término. Lo que importa es cómo contribuyes a tu comunidad y de esa manera eres aceptado”, dice.
La forma que encontró Darina para contribuir a su comunidad es a través de un trabajo tradicional: la costura. Empezó con un curso de bordado, compró una máquina y empezó a trabajar para construir su propio negocio. Después de varios años, abrió su taller. “Mi taller para mí es mi vida, y mi trabajo es mi corazón”, dice.
Muxes Oaxaca8
En el BID estamos trabajando para promover la diversidad en nuestras operaciones y al interior de nuestra organización. Para ello se está elaborando el Plan de Acción de Diversidad, orientado a fomentar la inclusión de la población LGBT+, personas con discapacidad, afrodescendientes y el desarrollo con identidad de los pueblos indígenas a ser lanzado este 2019. Dentro del BID, establecimos una política para la protección de las personas LGBT+ en reconocimiento del enorme valor que trae a una organización una mayor diversidad sexual y de género, tal y como Juchitán, en Oaxaca, lo hace con la comunidad muxe.
Muxes Oaxaca9
Porque para Darina o Biiniza, su identidad de género no es opcional; es parte fundamental de quiénes son: “Si me dieran la oportunidad de volver a nacer y pudiera escoger nacer mujer o muxe, escogería ser muxe. Porque soy feliz como soy, siempre”, dice Darina.
Muxes Oaxaca10

Click para comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

Publicado hace

el

Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

Anuncio

Continuar leyendo

Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

Publicado hace

el

Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

Anuncio

El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

Continuar leyendo

Tendencia