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Cultura

Dani Guessa – Ixtepec

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“Si acaso fallezco, me llevas al centro
allá San Jerónimo me dará consuelo.”
Guigu bicu de LMH

I

Dani Guessa lo nombran los ancianos, y los que no han olvidado la lengua madre, al hoy Ciudad Ixtepec. Sobre los orígenes del nombre dan referencias los antropólogos Roberto Zarate Moran y Raúl Alejandro Mena Gallegos en el libro “San Jeronimo Taniqueza”, quienes argumentan que el pueblo de San Jerónimo Iztepec era nombrado por los originarios de las tierras como “Taniqueza”.
De acuerdo a las investigaciones de los especialistas, en los registros bautismales del siglo XVI se encontró que los curas dominicos nombraban a Iztepec ( nombre náhuatl) San Jerónimo Taniqueza, que traducido sería “en el cerro del cuchillo de obsidiana o el cerro precioso.
“Aquí dani, es un variante del zapoteco “cerro”, y “queza” en zapoteco antiguo, cuchillo de obsidiana o preciosidad, lo que nos hace pensar que originalmente el nombre en zapoteco es de Taniqueza, con la llegada de los españoles y la evangelización se le denominó San Jerónimo Taniqueza , lugar de ritos y ceremonias, es decir el paraje denominado Zopiloapan.”
El nombre Taniqueza pasó modificándose hasta el día de hoy tal y como lo dicen los ancianos en zapoteco, “Daniguessa, dani -cerro y guesssa- cuchillo o preciosidad. El “cerro del cuchillo de sacrificio” o “cerro precioso, en alusión al cuchillo y sacrificio y además considerando a Zopiloapan “montaña sagrada”, explican en el libro sobre arqueología, historia e identidad del pueblo zapoteca del Istmo de Tehuantepec, Ixtepec.
DaniGuessa Ixtepec Oaxaca2

II

Ciudad Ixtepec fue y es uno de los puntos estratégicos, militar y geográficamente, del istmo mexicano, tan es así que en los años cuarenta “ para poder establecer un puente aéreo por Suramérica en caso de ataques en la Segunda Guerra Mundial”, se construyó la Base Aérea Militar N.2, que hasta el día de hoy funciona. En tiempos de guerra, el gobierno mexicano permitió desde allí “el reabastecimiento de combustibles de las aeronaves aliadas (Estados Unidos), con destino a detener el avance del imperio japonés sobre el pacifico, que amenazaba al continente americano.”
De acuerdo a la “Enciclopedia de los municipios de México”, en la Segunda Guerra Mundial igualmente se dio la gran participación de valientes jeromeños, “patrióticamente lucharon en las filipinas por la defensa de la libertad y la justicia contra los japonese.”
Según el libro “¿Cuánto sabe usted de Ciudad Ixtepec?” de Gaspar Gómez Rousell, en esta población existió una fábrica de cerveza denominada “ La Zapoteca; durando varios años, después la empresa Moctezuma de Orizaba la compra, cambiando a Cervecería del Istmo S.A.; en dicha industria se producía cerveza de barril para uso local y exportación”.
Con la construcción del ferrocarril y la activación del comercio, los migrantes empezaron a llegar, los primeros fueron la mano de obra china que trabajaba en la construcción del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec a finales del siglo XIX, después llegaron irakíes, árabes, libaneses, españoles, franceses, japoneses y hasta un ruso, la muestra de esa gran mezcla de razas se puede observar en las tumbas del panteón viejo.
La ciudad continúa siendo un punto estratégico para las migraciones, aunque ahora sea el de Centroamérica y Sudamérica. La población lucha por reactivar su pasado imperio comercial en la región, actualmente se nota su repunte en materia comercial, convirtiéndose en punto neurálgico para los pueblos de la sierra Mixe- Zapoteca.
DaniGuessa Ixtepec Oaxaca3

III

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LA VIDA DIARIA EN EL IXTEPEC DEL AYER
(LADISLAO SANTIAGO ENRIQUEZ. 1916)

LAS AMONESTACIONES
Otros tiempos fueron aquellos: si ves un anciano que se aproxima abraza tus brazos y dale un beso en el dorso de la mano. Antes, mi papá; cuando me regalaban una calabaza, una sandía y llegaba con él a la casa:
-¡Xhey! ¿Dónde lo agarraste?
-Fulano me lo dio
-¡Xhey! Vete a ver si es verdad, le decía a mi difunta madre
¡Cuidado! ¡avisado! Que no te vayan a sorprender en una mentira porque te daban una buena paliza. La gente temía.

UNA MANO DE ALCÍBAR Y OTRA DE ALMÍBAR
Antes la gente estaba controlada, estaba bajo una orden. Antes cuando uno fallaba, el padre tenía un balsón para azotar al que falló, pero te decía tu falta:
-Hijo, te voy a pegar para que no lo vuelvas a hacer
Para la siguiente vez que me dijeras:
-Vamos allá
-No, me va a pegar mi papá, no voy a ir.

EL ANGELUS: LA HORA DE LA ORACIÓN
En mi infancia cuando tocaban las campanas de la iglesia para llamar a oración la gente se arrodillaba en donde quiera que estuviera: en la calle, dentro de la casa, se persignaban. Y si se encontraba con cualquier persona saludaba. En ese tiempo yo tenía como ocho o diez años. Ahora, amigo, ya todo se fue: todo se acabó y se terminó.

LAS FIESTAS RELIGIOSAS
En la iglesia de Ixtepec hubo un caballo da meadera de color melado, decimos. Entonces, en la Semana Santa se le adornaba con listones de todos los colores: color grana, amarillo, verde. Este animal iba detrás del Santo Entierro, iba siguiendo la procesión: ¡Taca, taca, taca! Toda la noche había ruido, todo el día había ruido. Ahora ni quien se acuerde de la Semanana Santa, todo ha quedado atrás, todo se ha olvidado.

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CUARTO VIERNES: CHIHUITÁN
En aquel tiempo, aquí pasaba mucha gente para ir a la fiesta de Chihuitán: hileras e hileras de carretas con toldo pasaban. Venían los juchitecos, los extranjeros mixes trayendo mecate, ajo, cebolla, hierbas medicinales. Allí estaban sentados los mixes, cuando se les acercaron estas dos mujeres cabronas, les dijeron:
-¿Qué precio tienen sus productos?
-Tanto, tanto; dijeron
Entonces estas mujeres se recogieron las enaguas y se sentaron en cuclillas frente a ellos. Los mixes se quedaron perplejos mirandole las vaginas a las mujeres. Se les fue el entendimiento. Las mujeres se levantaron y se llevaron todas las mercancias. No cobraron, se les fue la razón.

LA CACERÍA
Antes, aquí en mi pueblo si tenías ganas de atrapar como diez o veinte iguanas ni bien has avanzado veinte metros ya las atrapaste: ¡estaba lleno de iguanas! ¡Nunca pensé que se acabaran! Hubo una pequeña especie llamada gumaga, les decimos nguiu: nadie los tomaba en cuenta, estaban llenos en los árboles. Ahora ya ni esos animales encontrarás: barrieron el monte. ¿Los venados? como los chivos: eran manadas. En la temporada que el cachimbo daba flor: venía uno, venía otro y otro más. Escoge cuál vas a matar. ¿Los conejos? Había noches que matábamos como cuarenta. El río se llenó de pescados: mojarras, guyaga. En fin, en mi pueblo hubo vida.

HERBOLARIA

1.-Dolor de estómago. Para el dolor de estómago es necesario tostar pimienta, anís, eneldo y nuez moscada y que se muelan, que se muelan muy finamente. Con eso se prepara un té que se le da al enfermo para que tome
2.-Inflamación: Eso se cura con la corteza tierna del palo de mezquite y manzanilla. Que hiervan los dos y se le agrega un remedio que yo preparo, es un polvo.
3.-Granos en la garganta. Esta enfermedad, el toloache morado lo cura, aunque es un veneno, mata. La gente que no teme lo emplea, hace gárgaras con él. Apaga los granos.
4.-El mal de la espina. Este mal surge por celos: si tienes dos hijos y a uno de ellos quieres más, el otro se enfermará, le saldrán unas espinas en el cuerpo, solo llorará de manera enfermiza, siempre estará ceñudo, sensible. Pero esta enfermedad se cura con el orín del venado y una pluma. Toma la pluma y frótalo sobre el cuerpo hacia arriba, siempre hacia arriba para que tumbes las espinas. Otra opción es llevarlo al río, en donde arena fina, asimismo, frótalo hacia arriba para que se cure.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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