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Cultura

Danza de los Negros

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Por: René Rueda Ruiz

Antecedentes

La Danza de los Negros fue difundida por los frailes misioneros desde el siglo XVI. Ése es su origen y desde entonces se conserva en esta comunidad de Santo Domingo Chihuitán.

A pesar de la gran diversidad de danzas que existen en México, tienen en común varios elementos, los cuales han servido de lazo de unión por medio de una simbología.

Como todo fenómeno cultural, se rata de un producto de la época medieval española, en el cual, los cristianos en pleno combate, logran grandes triunfos gracias a la intervención de seres sobrenaturales. Tal es el caso de Santiago Apóstol, representado en el blanco corcel, que pone su espada para detener el avance de los enemigos de la fe y crea de esta manera, un pensamiento místico durante la Cruzada.

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La Danza de los Negros se convirtió en el festejo más popular del antiguo pueblo de Bixhahui y fue modificada de distinta manera por todos los sectores que se fusionaron de esta forma en dos culturas: la española y la zapoteca.

Cuando la Danza fue abandonada por el sector aristocrático que en un principio tomaba parte de ella sólo en espectáculos llenos de esplendor, esta fue adoptada por la población indígena quien se aferro a ella de la manera más conservadora, como una forma de preservar su identidad.

Las Danzas de Santiago tienen una similitud con la nuestra, ya que son las que poseen como elemento en común la aparición del apóstol a caballo; el animal puede ser simulado con una figura de cartón, madera o varas, que se ata al cuerpo del danzante, quien representa al santo.

Santiago Apóstol es caracterizado algunas veces con una máscara de regias facciones y largas y retorcidas barbas; otras, se le representa como un jinete, en brioso caballo de guerra, armado de tajante espada, que porta un distintivo cualquiera para distinguir su jerarquía. Aquí vale la pena un comentario: no es que Santiago, en vida, haya sido guerrillero, como erróneamente algunos se atreven a afirmar; no, lo que sucedió es que la Santa Sede, El Vaticano, a través del Papa, quien promovió las Cruzadas en contra de los musulmanes, hizo de Santiago Apóstol el más importante estandarte para infundir valor e inspiración a los soldados cristianos.DanzaDeLosNegros2

Santiago, Pescador de Galilea, eso sí, fue uno de los más importantes apóstoles predicadores de la fe cristiana. Es conocido como Santiago de Galicia, ya que sus restos se encontraban en ese lugar; también es llamado Santiago “El Mayor”, hermano de San Juan Bautista.

La relación con el caballo es muy importante, ya que, fue un factor determinante en la lucha de la conquista, pues dejó un fuerte impacto en los vencidos. Se convirtió también en un símbolo, durante la época colonial, cuando estaba vetado su uso a los indígenas. La concepción del caballo como símbolo de poder y prestigio emana pues del grupo indígena.

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Las danzas de Santiago son un producto de las condiciones mexicanas, una evolución mexicana de la danza de los moros y cristianos, relacionada con el grupo indígena del que pasó a ser patrimonio exclusivo. Dados a conocer los elementos necesarios, no cabe la menor duda que la Danza de los Negros, como manifestación artística, fue traída por los frailes misioneros durante la conquista española y, en la actualidad, forma parte del patrimonio cultural de Chihuitán, legado de nuestros antepasados.

Debido a la evangelización que los frailes misioneros realizaron en Chihuitán, el origen de la Danza de los Negros posee un carácter religioso. Toma parte en su representación, un grupo integrado por nueve personas (Una Yegua y ocho Negros). La Yegua, que es una peculiaridad de los habitantes chihuitecos, es representada por una persona dentro de un armazón de madera y otros artículos naturales, y se complementan con una cabeza de yegua (También tallada en madera), que contiene adornos de flores y pintura simulando maquillaje; dicho armazón va a la altura de la cintura, colgada de los hombros con unas pañoletas rojas que le cruzan sobre el pecho uy la espalda, el cuerpo de la Yegua se cubre por una manta blanca que muchas veces es donada por personas a la comunidad, ya sea por gusto o por pagar una promesa; el personaje que la interpreta es caracterizada con una máscara de madera pintada de color blanco con fracción femenina (de ahí que en Chihuitán no le digamos caballito sino Yegua); empuñando una espada de madera, que le hace distinguir su jerarquía. La Yegua, como símbolo característico, según los frailes dominicos, representa el bien; los ochos Negros representan el mal, y cada uno de estos utiliza diversas vestimentas (sacos de color obscuro; overoles, camisolas, no formal), con máscara negras, de rudas facciones, y largas y desordenadas barbas y bigotes, cubriendo la cabeza con paliacate de diferentes colores, predominando el rojo; además, portan consigo un chicote. Según refiere las personas más longevas del pueblo, el vestuario ha sido modificado de acuerdo a las épicas, y al no tener evidencia ilustradas (fotos, documentos, audios), lo único que se puede afirmar es que, a partir del siglo XX, con la aparición de equipo fotográficos en nuestro pueblo, las narraciones con las imágenes coinciden. Con lo anterior, concluimos que el vestuario, en el tiempo, ha sufrido modificaciones sin que se pierda la esencia del significado de la danza.

En la conquista española, Chihuitán a pesar de su origen zapoteca, quedó desarraigado de su lengua materna, de ahí que a la danza se le conozca simple y sencillamente como “Los negros”. En algunos lugares del Istmo que aún hablan la lengua zapoteca , a los Negros los identifican como Mbio´xho´

A través del tiempo, esta danza pasó a formar parte de toda una tradición y, hasta hoy en día, se sigue realizando en las fiestas tradicionales del pueblo en honor a Santo Domingo de Guzmán, Patrono del lugar; y en espectáculos de renombre a niveles regional, estatal y nacional. Acuden también, por invitación de diversos organismos, a fiestas y eventos culturales.

La presentación de esta danza, en las fiestas titulares, ha modificado su lapso.
Antes era cuatro días, y después se modificado a cinco. Ellos se debe a que con el tiempo ha amentado el número de viviendas y habitantes, pues es una obligación cumplir con la visita a todos los hogares. Esa es la costumbre.

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Y se preguntarán, ¿Qué será de esta danza cuando el pueblo tenga más habitantes? Bueno, eso es algo que las futuras generaciones tendrán que resolver. Lo importante es que nuestra tradición no muera.DanzaDeLosNegros3

Además del grupo de danzantes, durante su recorrido también lo acompañan otras dos personas: una toca la flauta de carrizo (pitero) y otra que lo hace con el tambor (cajero); y todos juntos, bajo la dirección y apoyo del mayordomo actúan de forma coordinada. El mayordomo, además, se hace acompañar de un secretarios, quien , morral al hombro, guarda las cooperaciones hechas en cada domicilio para después repartirlo entre todos los integrantes de la danza, y así compensar el esfuerzo realizado cada día. El comité de la Casa del Pueblo, en estas jornadas, juega un papel de coordinador y supervisor para conservar el orden.

El día 1º de agosto, es el más esperado por los chihuitecos, pues se sabe que con el primer “chicotazos” da apertura esta legendaria tradición; iniciando con su recorrido; acuden primeramente, a la iglesia con el objeto de venerar y honrar a nuestro Santo Patrono, y recibir a si su bendición, para que todo salga bien en las festividades. Lo hacen con absoluta seriedad, pues al entrar al templo, todos hincados, llevan en sus manos ofrendas (velas, veladoras o flores). A los integrantes de la danza y a los espectadores, nos gana un inmenso sentimiento; muchos, incluso, lo manifestamos con lágrimas en los ojos de manera emotiva. ¡es algo único! Gran número de gentes de todas las edades participamos en esta parte del ritual.

Después de danzar en el atrio del templo, se dirigen al palacio municipal, donde las autoridades los reciben gustosamente, y el Cabildo en Pleno les hace entrega del documento donde se les autoriza el permiso para danzar en todas las casas de la comunidad. ¡ Y ahora si, a darle rienda suelta a la diversión! Porque esta danza es la que le da mayor relevancia a las fiestas dedicadas al Santo Patrón.

*Tomado del libro: Danza de los Negros
Autor: René Rueda Ruiz
Edición Primera 2016

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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