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Cultura

Llegó la Entropía

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Tal vez a fines de 1988, fue sintiendo, haciéndose visible la pobreza material, la escasez de oportunidad para trabajar, se fue sintiendo la crisis que había iniciado a fines de los setentas.

Ahora situados en medio de la Pandemia: no dar la mano, nada de abrazos, sana distancia; nada de reuniones. ¡Nada! De fiestas. Cubreboca si no quieres contagiarte. Aunque no se ha dicho nada de beber Cheskos, jugos sintéticos; nada! De alimentos chatarras, no más galletas, panes. En mi caso hace ya 3 años nada de jamón, salchicha; huevos Calvario no! Si acaso puras claras, sin yema. Ejercicios, caminar, beber agua, comer frutas; consumir limón; nada de Tang; aguas de frutas al comer, si no! Beber agua a la hora de comer.
Amigos, este es el régimen de vida que llevamos. Hacer vida individual, no colectiva. La entropía pues, es una palabra que el físico-matemático alemán Rudolph Clausius- 1822-1888; acuñó en 1865 y es hasta hoy en día no es una palabra común. Es un concepto que puede envolver lo social, en nuestro momento actual: Entropía Social; es decir dispersión social, desorganización social, desorden social; donde papá allá, mamá, acullá; herman@s no juntos.
Llegamos con la Pandemia en un desorden social, no por decisión nuestra, sino forma parte de la medida de seguridad por Salud y por el bienestar de todos. No tenemos la energía que pueda unirnos como vivíamos antes de…Llegó la hora que un día anunció Clausius, que el planeta al calentarse tanto iba provocar su asomo de muerte por la gran cantidad de Calor generado en el mundo por la tecnología en producir, fabricar esa variedad de productos para venderse en ara de la estrategia comercial en publicidad en el mundo. Llegó pues en que la contaminación se mezcló con el calor desprendido en los procesos de fabricación como el gran calor emitido de los millones de vehículos que circulan en el mundo. Una vez pasé al lado de una camioneta de 8 cilindros; estaba muy! Caliente. Y el calor adónde va? Pues al medio ambiente. Sumen el calor de cada vehículo en el mundo. El interés de las empresas se ha situado en vender; en ganar dinero, en dar comodidad porque era así, hay que aceptarlo. Sólo que cualquier trabajo, acción, mover el agua con bomba, fabricar acero, ropa, vidrio, gasolina…Genera calor, genera Entropía, que es el calor que ya no se pudo usar para mover el vehículo más Km; se tuvo que perder inexorable al medio ambiente por la diferencia de temperatura del motor y la del ambiente. La Entropía es ese calor, es esa energía que no fue aprovechada- porque el motor se calentó y por la diferencia entre la temperatura ambiental y lo caliente del motor, éste se perdió, se fue al medio ambiente. Es inevitable, irreversible que el calor no se fugue; éste obedece a la diferencia de temperatura: la del motor y la del medio ambiente, mientras más es la diferencia, más calor se fuga.
Como el hielo que dejan a la entrada del Bar, restaurante, fonda; el hielo descongelándose inevitable, inexorable por la baja temperatura del hielo y la temperatura ambiental- éste evento lo explica la Ley Cero de la termodinámica-. Ahora, y la Entropía? Simple o natural que crece, aumenta mientras ocurre cualquier evento, desde el enfriamiento de nuestra taza de café, hasta el aire caliente que expulsa la compresora del aire acondicionado, el horno de pan, el calor de la fábrica de acero, la del vidrio…Hasta el amor apasionado de los seres humanos, desde que es irreversible, irrepetible, tendiendo natural en su acabar o término considerado como el fin del amor, porque al crecer la Entropía entre las parejas que se aman; el amor muere. La muerte, un día mi maestro de fisicoquímica dijo: Es un salto entrópico. Con el valor entrópico medimos el tiempo, su existencia que la señala la flecha, el calendario, el reloj. Sólo que mientras se vive se genera Entropía, aumenta más conforme aumenta el tiempo.
La segunda ley de la termodinámica nos dice: La Entropía del universo va en constante aumento. Todas las actividades de los hombres en el planeta agregan un valor entrópico al universo. Vivo, trabajando, por ende generando Entropía. Hoy el valor elevado de la Entropía del universo nos ha separado inexorable, irreversible, sin piedad.
Amigos, la Entropía es el instrumento preciso y precioso que da fe que vivimos, que esta vida no es un sueño. De ahí aquella anécdota de Octavio Paz en un bar en una noche en París, entre amigos: Él se preguntó: Quién nos puede asegurar, que todos los que estamos aquí, estamos vivos? Quién?…
La Entropía es la que nos asegura que estamos vivos. Mientras más crece más vida, sólo que vaya! Paradoja, es también el fin de la vida.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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