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Cultura

Los Juegos Olímpicos 2

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Tokio 2020 así reza la leyenda en color guinda matizado en las instalaciones deportivas de Japón; así como la ropa que portan los servidores en los gimnasios hombre o mujer: pantalón gris, sombrero de lona gris, manga corta matizada en guinda y con mucha ceremonia, bajando la cabeza al momento de dar alguna instrucción, guiar a los o las atletas. Ahí hace calor, tenemos una diferencia de 12 hrs. aproximado, cuando aquí va amaneciendo allá va entrando la noche. Me recuerda el viaje que hiciera don Adolfo López Mateos a Japón en 1962.

Mientras él y su comitiva en el avión cruzaban el espacio aéreo de los E.U.; el capitán anuncia el saludo del presidente Kennedy a su homónimo presidente de México. Era el inicio de las relaciones diplomáticas de México con Japón; interrumpidas por La Segunda Guerra Mundial, donde Japón fue perdedor. Don Adolfo López Mateos gobernó México entre 1958 a 1964. Él toca la puerta de Japón para invitarlo volver a tener trato diplomático y relación comercial – ningún país quería entonces tener relación con Japón-. Lo que agradeció el emperador Hirohito, quien con firmeza y dignidad levantó entre escombros de la guerra a su país.
Ellos los japoneses son muy diligentes– muy trabajadores pues…-Así me lo contó mi maestro en geografía, el judío don José Weissler-. Ah…Lo que estoy a punto de olvidar es que mientras volaban rumbo a Hong Kong el presidente y su comitiva; el capitán anunció: Señoras y Señores, son las 9.29 A.M del jueves 4 de Octubre; ahora son 9.29 A.M. del 5 de Octubre.- habían atravesado el meridiano…-. Amigos, el presidente de México llegó a Japón el jueves 11 de Octubre de 1962 procedente de Hong Kong. Lo recibió el emperador Hirohito; éste le dio la mano rompiendo el protocolo, porque el emperador de Japón evita contacto físico en el trato.
El mensaje del presidente resumido breve, destacó:… Enterrar cualquier pormenor del pasado y dejar a la siguiente generación de los 2 países integrarse amistosamente…- recalcando la importancia del intercambio estudiantil entre ambas naciones. El gobernador de Tokio le entregó la llave de la Ciudad- una llave sólida de oro-. Como la medalla olímpica dorada resplandeciente de oro macizo de hoy en los juegos Olímpicos de Tokio. El emperador japonés dijo al recibir la comitiva presidencial:…El gesto invariablemente amistoso demostrado hacia Japón en la posguerra por vuestro país tan cordialmente vinculado con el nuestro, no se borrará jamás de nuestra memoria. «El sábado 13 de octubre de 1962, el presidente inauguró La Casa México en las inmediaciones del parlamento japonés; en el Centro de la Ciudad, la cual desde entonces es la sede oficial de nuestra embajada en el país nipón.» Ahora, amigos a decir del pintor juchiteco Gastón Degyves quien hiciera una exposición de sus trabajos ahí en la embajada en Tokio, me comentó a su regreso que la embajada mexicana se ubica hoy en el corazón financiero de Tokio. Y que ahí otro juchiteco Beto de los Santos Habib era agregado cultural- por cierto Beto y yo estudiamos juntos la secundaria-; su padre famoso ingeniero Chí’iva de Los Santos; bueno… Así le llamaron aquí en Juchitán.
Amigos, debo decir que mi hermano Gastón Degyves- para mí como si lo fuera-; me trajo una botella de Sake, que es como el mezcal o tequila para nosotros. Que por cierto no lo probé porque lo dejé en la oficina del Senado donde entonces trabajaba- esto es en Agosto de 1995-; alguien al verlo con prisa lo guardó en su portafolio, seguramente. Para terminar debo hacer notar con orgullo juchiteco que la embajada de México en Tokio, la construyó el Arq. Lorenzo Carrasco. Una eminencia de arquitecto, estudió en la UNAM; su madre Simeona Ortiz le habló en zapoteco desde niño. Fue el zapoteco su primera lengua. De la UNAM egresó con mención honorífica; presentó una ponencia en la Habana, Cuba en 1950, donde resalta la palabra ecología y el agua en temas de urbanización. Don Lorenzo Carrasco nació en Juchitán el 9 de junio de 1920 y fallece el 6 de mayo de 1987. Amigos, recordando el físico del Arq. Carrasco que lo vi una tarde en la casa del poeta Nazario Chacón- en la Colonia Petrolera de Azcapotzalco de la CDMX; debo decir que sus facción era asiática, parecía un guerrero samurai, tocando su guitarra, apoyando su cabeza en el hombro del instrumento con los ojos cerrados cantando un antiguo Son istmeño.
Bien, ayer en la tarde viendo los juegos Olímpicos de Tokio 2020; gimnasia en trampolín; la verdad que este deporte requiere de gran concentración mental, pues bien, en este preliminar la mexicana Dafne Navarro es una esperanza para México, aunque la china Liu su puntuación en esta preliminar fue de 105.47 y la mexicana de 98.85. Suerte!… Liu me suena ha Lú’ en zapoteco que significa ojo. Continúa…

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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