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Cultura

LANDO Y SUS FUTUROS. (ORLANDO NOLASCO TOLEDO)

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La historia de la música de la segunda mitad del siglo pasado en Salina Cruz, está ligada a las condiciones que se dieron en la vida económica, social y política del puerto. En el transcurso de los años cincuenta la pesca había iniciado su florecimiento con la llegada de una importante flota camaronera, de tal forma que a finales de esa década la actividad era la más importante generadora de empleos directos e indirectos para los salinacrucenses.

Por otra parte, el Dique Seco hoy Astillero de Marina competía, aunque con menor fuerza como una fuente importante de trabajo en la reparación de los barcos de la Armada de México y de Petróleos Mexicanos; además, con su centro de capacitación reforzaba su capacidad técnica preparando a los jóvenes que más tarde se convertirían en los técnicos especializados en las diferentes áreas requeridos en sus diversos talleres y que tanta fama alcanzaron por su alto nivel competitivo en el mercado de trabajo.

A principios de 1960 don Antonio Toledo Romero se estrenaba como presidente municipal de una ciudad de 17 mil habitantes que aumentó considerablemente cuando cientos de trabajadores de otros lugares llegaron con sus familias atraídas por la “fiebre del camarón”. Asimismo, el pueblo disfrutaba de sus tradiciones y fiestas traducidas en bailes populares característicos en nuestra región al compás de nuestra música regional interpretadas por las orquestas de los Hermanos Carlock y Rodolfo Cruz del Puerto.
Dentro de ese contexto, la vida social de la ciudad transcurría dentro de una normalidad que forjó muchos cambios que se fueron reflejando conforme transcurrían los años, los meses y los días sin darnos cuenta de los mismos. En la Escuela Secundaria Federal del Istmo (ESFI) Y LA ESPINC se aglutinaban los jóvenes que por su naturaleza fueron más sensibles para identificar las novedades de una sociedad que se mostraba en muchos de sus aspectos y uno de ellos fue la música. Esta generación de jóvenes fue la iniciadora en el puerto de la transformación musical y de los cambios que se generaron, provocando el surgimiento de nuevos patrones que dieron origen al nacimiento y desarrollo de los grupos musicales acorde con la moda nacional y mundial. En ese proceso aparece en el escenario musical de Salina Cruz el grupo LANDO Y SUS FUTUROS que con el paso de los años se convirtió en el grupo referente de la juventud en el puerto y en toda la región istmeña.

Durante los años sesenta del siglo de referencia un nuevo ritmo hizo su aparición en el ambiente musical de los Estados Unidos que trascendió a varios países y en especial a México y que cambió para siempre el rumbo de la música a nivel mundial. En esa época la aparición de Elvis Presley con el Rock de la Cárcel, de los Beatles en Inglaterra y en nuestro país de grupos como los Locos del Ritmo, Los Teen Tops, los Rebeldes del Rock con cantantes como Enrique Guzmán, César Costa, Angélica María, Alberto Vásquez, sólo por mencionar a algunos, despertaron entre los jóvenes estudiantes del puerto el interés por ellos y el gusto por las nuevas canciones que se escuchaban a través de los discos de acetato y por medio de las estaciones de la radio de la ciudad de México que se captaban por las noches en Salina Cruz y luego con el nacimiento de la radiodifusora XEKZ de la ciudad de Tehuantepec.

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Aquí, surgieron los primeros intentos de formación de grupos de Rock and Roll como el de Miguel (Minini) Abán Valle y su hermano Mario (Puga), al lado de Víctor Manuel (Tongo) Garfias Valle (Q.E.P.D.), su hermano Cuauhtémoc y Orlando Nolasco Toledo, «Poncho» Valle y su hermana Martha, pero esa es otra historia a otro nivel. Más tarde se formaron grupos como el de “Tongo” Valle, de Jorge Camacho con el “Camarón” Villalobos, Robinson Chiñas, Armando Toledo y el propio Orlando y otros más. Neto Marín fue otro precursor; sin embargo en el puerto no llegaron a trascender por diferentes razones y desaparecieron; pero dejaron la inquietud sembrada que fue retomada más tarde por Orlando Nolasco Toledo que formó el grupo de los Rangers y más tarde Lando y sus Futuros.

ORLANDO NOLASCO TOLEDO

Lando como afectuosamente se le conoce es originario de este puerto donde nació en 1948, desde niño se aficionó por la música al conocer y tener contacto con Fredy León Coy-Coy, el profesor Norberto Carlock y el ingeniero Leonel Sigüenza.
Cuenta que: “Cuando tenía 12 años de edad Fredy León “Coy- Coy” me prestaba una guitarra y ahí empezamos a rascarle, de igual forma también el ingeniero Sigüenza y el profesor Carlock se dieron cuenta que teníamos el interés y nos apoyaron. Luego en algunos bailes hacíamos una tanditas y así mis amigos y yo fuimos empezando hasta que decidimos formar un grupo de rock and roll”.

Después de este comienzo ya un poco más jovencito Orlando y sus amigos por el año de 1966 formaron los Rangers ; el cantante era Claudio López, el baterista Arturo García (Ringo) y Lando, en el bajo Víctor Manuel Garfias Valle (Tongo) y en la guitarra un compañero de Mazatlán. Con el tiempo ingresaron otros compañeros como Jorge Camacho en el bajo y Abel León Escobar en la batería. El grupo rocanrolero animaba las fiestas de los jóvenes de ese tiempo que empezaron a disfrutar de esta música y a identificarse con ellos, a tal grado que algunos negocios como la empresa de la Cervecería Modelo de México llegó a contratarlos para animar los stands durante las Fiestas de Mayo en Salina Cruz y en eventos que organizaba la mencionada empresa en las fiestas de las ciudades y pueblos como Juchitán, Tehuantepec, Tapanatepec, Zanatepec, Unión Hidalgo, Ixtepec, Matías Romero y otros más del Istmo. Los Rangers permanecieron algún tiempo porque después de 1970 se formó el grupo “Lando y sus Futuros” que es el que más tiempo ha permanecido en la vida de Salina Cruz.

Con “Lando y sus Futuros” en sus inicios formaron parte Jorge Figueroa como cantante, Agustín Nolasco en el bajo, Arturo García (Ringo) en la batería, se sumaron otros elementos como Ismael Dixon, Celestino Ramírez como vocalista, Daniel Miramontes de la Torre en los teclados y que fue conocido como el “Pichón”. Cuando “Celes” se fue de Salina Cruz por 1972, ingresó como vocalista Mario Bravo que se convirtió en la voz del grupo.

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Durante esos primeros años, el grupo “Lando y sus Futuros” interpretó el rock and roll con otros ritmos, algunas baladas como de los Hermanos Carrión, música de los Beatles, de los Bee Gees, Santana y otros más del momento que sonaban a nivel nacional. Entre los años setenta y ochenta los integrantes de “Lando y sus Futuros” se convirtieron en los ídolos de la juventud salinacrucense. Se recuerda mucho que amenizaban las tardeadas que se hacían en la cancha del Palacio Municipal y gustó tanto su música que cobraron fama en toda la región del Istmo y eran solicitados en todas las ciudades y poblaciones de todo el Istmo de Tehuantepec y otros lugares del estado de Chiapas, pues eran muy solicitados en Tuxtla Gutiérrez.

En esos buenos años el grupo grabó con la compañía Musart algunos discos con melodías como Silencio y Olvido, Si Volvieras, Piénsalo bien, Sólo, La Carta, entre otras. “Lando y sus Futuros” alternó en muchos bailes con grupos renombrados del país, tal fue el caso de Los Joao, Los Socios del Ritmo, la Orquesta Aragón de Cuba, Luis Arcaraz Jr., Los Flamers, Los Zemvers, Pérez Prado y otros. Muchos de esos bailes eran celebrados en la Cancha del Palacio Municipal, en el Salón de los Cristales, en el Club de Leones que sirvieron de escenarios para el grupo.

De su vida musical, Lando comenta:
“La música es algo que se trae en la sangre y da muchas satisfacciones, es un don con que se nace. En mi caso, desde chico me identifiqué con ella. Primero inicié en la batería cuando tocamos para la cervecería Modelo; después empecé con la guitarra porque en tiempo de los Rangers, un compañero del grupo era del Norte, no recuerdo si de Mazatlán o Guaymas, se regresó a su tierra y nos quedamos sin guitarrista y por eso en mis ratos libres practicaba y así entré a sustituirlo, mis compañeros no creían que lo lograra y sí pude. Me estrené con Agujetas color de rosa, Rock del Angelito, Rock de la Cárcel, Popotitos y música de los Hermanos Carrión. Así aprendí a tocar la guitarra y dejé la batería”.

Lando ingresó a trabajar en la Escuela Secundaria Federal del Istmo ESFI como profesor de música y recientemente se jubiló; ahora participa poco y menos ahora obligado por la pandemia que azota al mundo entero.

“Desde que dejé la batería me he dedicado a la guitarra hasta la fecha. Es parte de mi vida, a pesar de mi trabajo en el magisterio, ya cuando me jubilé retomé la actividad porque muchos amigos me animaron, algunos que viven en Oaxaca y nuevamente estoy activo. La última vez que participé con el grupo lo hice para una fiesta de una generación el 27 de septiembre del año pasado y aquí me tienes”.

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Esta es una pequeña semblanza de Orlando Nolasco Toledo, uno de los valores artísticos de nuestro puerto que vale la pena ser recordado como fundador del grupo musical que revolucionó en Salina Cruz el gusto por los nuevos ritmos que hicieron historia entre la juventud de aquellos años.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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