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Cultura

Aceite de cannabis para el tratamiento de padecimientos neurológicos.

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-El caso de un comerciante istmeño

Alejandro se consideraba una persona saludable. Llevaba una vida activa, dedicada al comercio, a la escritura, a los viajes y a consentir a su señora madre. Jamás pensó sufrir un infarto cerebral.

En diciembre de 2019 tuvo un pequeño desvanecimiento que lo mantuvo alternativamente fuera de la realidad. Perdía y recuperaba la consciencia, hasta que colapsó, por lo que tuvo que ser trasladado al hospital adonde lo ingresaron de urgencias.

Se supo en peligro mortal. Los problemas neurológicos suelen ser muy delicados, al grado que un alto porcentaje de las personas que sufren un derrame en el cerebro, fallece.

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Este acontecimiento cambió la vida de Alejandro, acostumbrado a la actividad física y laboral. «Las personas que me ayudan en la tienda, a quienes considero mis amigos, sacaron el negocio adelante. Mis médicos realizaron una gran labor, y a los tres meses de mi problema me fui reincorporando al trabajo». En eso llegó la pandemia.

El gobierno de México, tal como prácticamente todos los gobiernos del mundo, anunció la suspensión de clases presenciales, el cierre de negocios y otras medidas de confinamiento que afectaron severamente al comercio, particularmente de pequeñas y medianas empresas.

A la crisis de salud se sumó la crisis económica global, lo que repercutió en el bienestar de Alejandro, quien se deprimió. A su neurocirujano de cabecera, sumaba un nuevo especialista, que le recetó algunos ansiolíticos, entre ellos el famoso diazepam, «fármaco derivado de la 1,4-benzodiazepina que actúa como modulador alostérico positivo de los receptores GABAA con propiedades ansiolíticas, miorrelajantes, anticonvulsivantes y sedantes.», según la Wikipedia.

El problema, a decir de Alejandro, es que este fármaco tiene efectos secundarios, uno de los cuales es la inhibición del deseo sexual, lo que resulta harto importante para una persona recién entrada en los cuarentas. Pero bien sabe que la salud es primero, por lo que, desde estuvo al borde de la muerte, ha sido el paciente más disciplinado y obediente para con sus doctores.

Alejandro había leído reportajes sobre el uso del cannabidiol como auxiliar en el tratamiento de la epilepsia, el parkinson y otras enfermedades neurológicas. Se preguntaba si en él tendría el mismo efecto benéfico que había surtido en otros pacientes.

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A principios de noviembre de 2020, mes en que el Senado mexicano aprobó la despenalización, «en lo general», del cannabis, llegaron a sus manos dos productos derivados de la marihuana, uno de uso tópico, es decir de aplicación sobre la piel y otro de ingesta sublingual.

«Tal como me recomendaron, me unté el roll on en el antebrazo, para comprobar que no presentara reacciones alérgicas. Mi madre, que ha sido mi principal apoyo en estos meses, también se aplicó el producto y a ninguno le ocasionó problema. Esa noche ambos dormimos muy bien».

Alejandro relata que al día siguiente de utilizar el roll on, abrió el gotero y, luego de agitarlo por treinta segundos, dejó caer cinco gotas por debajo de la lengua. «Agradezco a Dios que eso haya llegado a mi vida», expresa con humildad, refiriéndose a su aceite medicinal, a base de cannabis.

«Tengo la mente más clara, me siento con más energía, duermo mejor y, por si fuera poco, estoy recuperando el deseo sexual», expresa con satisfacción Alejandro. «No cabe duda que la naturaleza tiene alternativas capaces de brindarnos alivio»,

Al preguntarle por su postura sobre tema de la despenalización del cannabis, es muy claro: «No soy ni he sido fumador de marihuana, pero es algo que respeto. Creo que el uso recreativo o lúdico del cannabis corresponde al ámbito privado y a las libertades individuales, tal como ha dicho el Presidente de la República, con respecto algunos temas de salud pública».

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Alejandro dice que seguirá utilizando las gotas de Cannabinaloe – Aceite medicinal. «A mí me ha hecho bien y no he presentado ningún efecto secundario. Por el contrario, siento que estoy volviendo a ser yo mismo. Mi madre usa el roll on en las rodillas para tratar su artritis reumatoide. Su efecto positivo es más que evidente, aunque teme que la gente piense mal de ella».

Alejandro decidió dar su testimonio cuando conoció el caso de una niña con graves ataques epilépticos, con el que iniciamos esta serie. «Me gustó mucho el reportaje que hiciste», se animó a escribir la semana pasada, por lo que acá está su voz y su experiencia para quienes puedan requerir de este ejemplo para atreverse a derribar los prejuicios con respecto esta hierba medicinal.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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