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Cultura

Manifiesto al pueblo juchiteco

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Introducción

Asesinado Che Gómez y un grupo selecto de partidarios en el punto llamado Barrancón, en la noche del 4 de diciembre de 1911, después de ser detenido ese mismo día en la Estación de Rincón Antonio (hoy Matías Romero), el Gobernador del Estado, Benito Juárez Maza, visitó Juchitán y Tehuantepec, durante los dos días subsecuentes, dio posición del cargo de Jefe Político al impopular Enrique León y quizá pensando en el dicho de aquel, de que “muerto el perro se acabó la rabia”, emitió una ley de amnistía contra los acusados de rebelión y sedición, exceptuando – de manera inteligente – a los presuntos responsables de delitos contra las personas y las propiedades afectadas en la revuelta de noviembre de 1911.

Ya de vuelta en la capital del Estado, el Gobernador recibió los parabienes y felicitaciones de lo más representativo de la oligarquía regional. Con su defensa de la “soberanía del Estado”, los bonos de su popularidad entre la “gente de razón” subieron a su punto máximo. Parecía que todo estaba bajo control, pues según comunicaciones oficiales, más de dos mil juchitecos se habían presentado a las oficinas de la jefatura para acogerse a los beneficios de la Amnistía.

Sin embargo, al iniciarse el año de 1912, las páginas de El Avance, diario editado en la ciudad de Oaxaca, daban cuenta de que en el distrito de Juchitán reinaba gran alarma por la aparición de gavillas de hombres armados, de filiación “chegomista”. Este clima de intranquilidad política, documentada irregularmente en las páginas del diario oaxaqueño arriba citado, se extendió durante los primeros siete meses de dicho año. Las incursiones de los “verdes” encabezados por Felipe López, se extendieron por Unión Hidalgo, Chicapa, Espinal e Ixhuatán; sucediendo frecuentes enfrentamientos con tropas federales.

En esas condiciones y toda vía gobernando Juárez Maza, fue designado un nuevo Jefe Político para el distrito. Un antiguo magonista, huésped del Castillo de San Juan de Ulúa por algunos meses, y posteriormente maderista; sustituyó a Enrique León. La fuerza de los hechos se impuso a los deseos de “Don Benito” y en la primera quincena de marzo el señor Gaspar Allende llegó a tierras juchitecas. Al hacerse cargo de la Jefatura Política, hizo un llamado a los rebeldes para que depusieran su actitud, el cual circuló en forma de Manifiesto y cuyo texto presentamos en seguida.

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En esos días, en las regiones de la Cañada y la Mixteca, antiguos maderistas se encontraban nuevamente sobre las armas reivindicando la rebeldía vasquezgomista, al considerar que la Revolución había sido traicionada. También los juchitecos rebeldes fueron catalogados con ese calificativo.

Según la información documental que consultamos, el 22 de julio de 1912, ante las Autoridades Militares de la Novena Zona Militar, ubicada en San Jerónimo (hoy ciudad Ixtepec), rindieron sus armas Felipe López y los hombres que lo seguían, interviniendo el Jefe Político, un norteamericano llamado “Mister Mahoni” y Lino J. Aragón, uno de los asesinos de Che Gómez.

Pero igual de tozuda que la epidemia de “Viruela Negra” que asoló la región istmeña en aquel año, la rebeldía de los “verdes” se mantuvo viva, más tiempo, aunque la prensa no la registrara.

(Anselmo Arellanes M., Francisco J. Ruiz C.)

MANIFIESTO

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Honrado últimamente por el Superior Gobierno del Estado con el nombramiento de Jefe Político de este Distrito y animado de la mejer voluntad para procurar la pacificación y tranquilidad del mismo, invito a todos los individuos que tiene el carácter de rebeldes a que depongan la actitud antipatriótica que han venido sosteniendo, volviendo a sus hogares para dedicarse, como antes, al trabajo honrado.

Confiando en la abnegación y patriotismo del pueblo juchiteco, que en épocas luctuosas para la Patria, supo demostrar so obediencia y sumisión al Gobierno Constituido, espero fundadamente que en esta vez, sabrá secundar aquellas tendencias leales que levantaron altamente a sus antepasados, contribuyendo no solo a la pacificación de esta importante fracción de nuestro País, sino que también a la general que tanto desea todo buen mexicano.

Al permitirme invitar al pueblo a deponer su actitud hostil, lo hago con la convicción de cumplir con mi deber ineludible de velar por los intereses comunes de los habitantes de la comarca que gobierno; es la inteligencia de que los llamados rebeldes que se presenten a esta Jefatura a deponer las armas y manifestar su sumisión al Gobierno, gozarán de todas las garantías que nuestra Constitución otorga a todo ciudadano pacifico.
Juchitán, Marzo de 1912.

Gaspar Allende.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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