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Tras las huellas de Remigio Toledo “El Traidor”

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Declaraciones de Juana C. Romero y Tomás Woolrich

Luego del fracaso del 5 de septiembre de 1866 en Juchitán y después de las derrotas sufridas por las fuerzas republicanas en Lachitova y Tequisistlán a fines de ese mismo año, los “patricios” de Tehuantepec al mando de Remigio Toledo estaban prácticamente liquidados y andaban a “salto de mata”.1

Antes de regresar a la ciudad de Oaxaca para preparar la expedición a Puebla, Porfirio Díaz, que se había trasladado al Istmo al frente de un contingente militar, ordenó continuar la persecución de su antiguo subordinado y para tal efecto trasladó una guarnición de juchitecos en Tehuantepec y dejó una compañía del Batallón “Fieles de Oaxaca” estacionada en San Bartolo Yautepec, en los antiguos dominios de Toledo.2
Dos descalabros más en Jalapa y en Tlacolula, a principios de 1867, convencieron a los sostenedores de la bandera del Imperio en aquella región que no había otra cosa sensata por hacer más que rendirse.

Y tal como ocurrió seis años atrás, Gabriel Pétriz se puso en contacto con los vencedores para negociar la rendición de los llamados “Patricios”.
En la capital del Pétriz ofreció ante el gobernador Juan M. Maldonado y el “Chato” Félix Díaz que antes del inicio de la primavera del año siguiente, como prueba de sumisión, en la población de Tequisistlán, sus camaradas de armas y representados harían entrega del material de guerra a su servicio. Por su parte las autoridades oaxaqueñas se comprometieron a respetar la integridad física de los retenidos sobre quienes pesaba el cargo de traición a la Patria, otorgándoles el salvo conducto respectivo.3

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A pesar de que el acta de acuerdos se publicó oficialmente en La Victoria antes de la fecha convenida, Remigio Toledo abandonó a sus hombres y desapareció de la escena. Ya sin su jefe, una fracción de “patricios” se rindió formalmente mientras que los demás se ocultaban en los bosques. Pocos meses después José Gregorio Iribarren, nuevo Jefe Político de Tehuantepec, informaba en Oaxaca que había localizado un depósito de armas, parque y equipo que perteneció a los “traidores”.4
Para mediados de 1867, cuando el llamado emperardor de México, Maximiliano de Habsburgo había muerto ante el pelotón de fusilamiento en Querétaro y de regreso Juárez en la ciudad de México, Remigio Toledo volvió a merodear por los alrededores de Tehuantepec, después de una estancia en Guatemala, según escribió a Porfirio Diaz un informante juchiteco. 5

Corría el año de 1868 y en medio de notables dificultades, el gobierno del nuevamente presidente Juárez buscaba encarrilar al país por la senda de la paz.6 El Estado de Oaxaca estaba gobernado por el temperamental Félix Díaz, en tanto que su hermano mayor designado benemérito estatal se estrenaba como agricultor en la labor de la Noria, despúes de haber procurado la comunicación telegráfica de su ciudad natal con Tehuacán, Puebla.7
Tehuantepec, en tanto, con el apoyo pecuniario de varios distritos oaxaqueños, incluido Juchitán, procuraba restañar sus heridas. Nadie parecía acordarse del proscrito Remigio Toledo, quien, oculto en el monte que tan bíen conocía, procuraba mantenerse fuera del alcance de sus propios paisanos y de los blaseños que cuidaban el orden en aquella población.8

Sin embargo, a mediados de octubre de ese año, un tal Luis San Juan, agente del gobierno Oaxaqueño en aquel distrito, informaba al Jefe Político de una reunión celebrada unos días antes en casa del comerciante extranjero Tomás H.
Woolrich en donde los asistentes habían deliberado asuntos relacionados con el fugitivo Toledo.9

Al ratifcar oficialmente su información, San Juan declaró estar facultado por el ejecutivo estatal para hablar con Remigio Toledo y buscar la manera de reducirlo al orden; sin embargo una vez al habla con aquél y al considerar que las pretensiones del fugitivo rebasaban las atribuciones que tenía hubo de consultar con sus superiores en Oaxaca.10

El enviado gubernamental manifestó que de sus pláticas con Remigio dedujo que aquél estaba en relación con ciertas personas y sospechó que éstas podrían beneficiarse de la difusión de ciertos hechos ocurridos en el distrito en los cuales el citado Woolrich había tenido papel principal y que el mismo Toledo habíase comunicado con el comerciante avencidado en Tehuantepec a fin de obtener, a cambio del silencio, recursos pecuniarios que lo mismo podrían utilizarse en provocar transtornos en la región o procurarle la fuga. 11

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Señaló que el propio Toledo le comentó que las personas de Tehuantepec con quienes mantenía relación eran los señores Fernando Puertas, Esteban Rubio, Francisco Carrión, Guillermo Clemon o Clement y el propio Woolrich; y que los dos últimos le habían ofrecido dinero para que continuara en el estado en que se encontraba y estuviera alerta para participar en un plan de rebelión semejante al que había iniciado el general Negrete, en el que estaría involucrado el general Porfirio Díaz.12
A partir de lo informado por San Juan y de acuerdo a sus facultades, Luis Santibáñez, nuevo Jefe Político de Tehuantepec, procedió a iniciar una averiguación al respecto para lo cual hizo comparecer a buen a un buen número de vecinos caracterizados de la cabecera distrital y pidió al administrador de correos retener la correspondencia de otros tantos.13

Del expediente integrado en Tehuantepec y posteriormente enviado a la capital del Estado de Oaxaca, destacamos un par testimonios. El primero de ellos fue el de una joven mujer llamada Juana C. Romero, a quien se le interrogó porque en el curso de la pesquisa una de las precauciones iniciales fue establecer el medio por el que los interrogados se habian acecado al escurridizo cabecilla y Fernando Puertas, maninero español, presunto amigo de Toledo, mencionó a Juana C. Romero como vínculo para entrar en contacto con el prófugo.14

En el caso de Tomás H. Woolrich se le incluye por la importancia económica que alcanzó este extranjero avecindado en Tehuantepec, quien, a mediados del siglo XLX llegó a la región para quedarse y prosperar y además porque era objeto de chantajes del proscrito Toledo.15 De este comerciante, exportador de añil, se transcribe la primera declaración.
Con el paso del tiempo y al igual que el anglosajón, Juana Catarina Romero amasó una considerable fortuna como exportadora de productos agrícolas y como comerciante en su pueblo natal. Además, su amistad con el llamado “héroe de la paz” le confirió durante tres décadas el papel de mediadora y vínculo con el poder nacional. Fue asimismo notable protectora de la educación y, por lo tanto, mantuvo un lugar muy especial en la sociedad regional.
El expediente original titulado “Criminal contra Remigio Toledo y socios por conspiración” se localiza actualmente en el Archivo General del Estado de Oaxaca (AGEO), Fondo Juzgado de distrito, 1868, Legajo 39, expediente 19, 61 fojas.

DOCUMENTO
I
BUSQUEDA Y DECLARACIÓN DE JUANA ROMERO
… En seguida habiéndose solicitado la comparecencia de Juana C. Romero por el soldado de seguridad pública José Ma. López, éste manifestó que desde las cuatro de la tarde había salido de su casa y que no había vuelto hasta esa hora que son las siete de la noche. En ese acto se presentó la señora Juana C. Romero a la cual después de haberle recibido la protesta respectiva dijo ser soltera de 32 años de edad, natural y vecina de Tehuantepec. Preguntada si conoce al contramaestre de marina Don Fernando Puertas en cuyo caso exprese desde que fecha data ese conocimiento dijo: que conoce a Fernando Puertas y que hará dos meses que lo trata. Preguntada por el motivo o motivos que hubo para relacionarse con él, dijo: que en la tienda de los Martínez lo vio, que también lo vio en la fiesta de Manuel Riverol, que empezaron a saludarse y la confianza fue aumentándose hasta el grado de recibirlo en su casa. Que no ha tenido en sus conversaciones ninguna de interés ni reservada. Preguntada si Puertas alguna vez le ha manifestado deseos de comunicarse con alguna de las personas con quien la exponente tenga relaciones de amistad contestó: que no. Preguntada si sabe el paradero de Remigio Toledo y las causas que éste tuvo para no presentarse al Gobierno del Estado, dijo: que por la voz pública sabe que Toledo está en el Distrito de Tehuantepec, pero que ignora el lugar donde éste se haya. Se le pone de manifiesto lo que respecto de la exponente ha dicho en esta averiguación Fernando Puertas y leída que le fue en la parte que le corresponde contestó: que no era cierto lo que dice Puertas. Preguntada si con Toledo tiene algun compromiso por el cual no pueda disponer de su lobre voluntad, dijo: que las relaciones amorosas que tuvo con Remigio cesaron desde el mes en que Toledo recibió el indulto del Presidente de la República y no se presentó, pretendiendo llevarla a los bosques, cuya vida agitada y sujeta a muchas privaciones y peligros no le era dable aceptar, que por esa circunstancia de su parte y obstinación de parte de Toledo se formalizó el disgusto que término al compromiso que tenía de serle consecuente en su calidad de mujer.Preguntada si Toledo ha insistido en sus pretensiones de llévarsela dijo que no; porque ya expuso que sólo por lo que dicen las gentes de esta población sabe que Toledo ha insistido en sus pretenciones de llévarsela dijo que no; porque ya expuso que sólo por lo que dicen las gentes de esta población sabe que Toledo está en el Distrito. Y no habiendo más que decir, en lo expuso que afirmó y ratificó firmando al margen.

En seguida estando aún presente la persona que acaba de declarar y Ferrnando Puertas previa excarcelación, habiéndoseles hecho notar las contradicciones en que han incorrurrido en sus respectivas declaraciones afirmándose en sus dichos y no adelantando nadad en el presente careo, se suspendió para continuarlo si fuese necesario firmando al margen la que supo hacerlo.
En seguida, cuando presente Doña Juana C. Romero se le previno no salir de esta población sin previo conocimiento de esta Jefatura y estando enterada de esta providencia dijo estar conforme firmando al margen.

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II
TOMAS H. WOOLRICH DECLARA
“ … presente el Señor D. Tomas H. Woolrich previa la protesta de la ley y amonestado en los hechos propios dijo: ser casado, de 37 años de edad, natural de Canadá, vecino de Tehuantepec y de ejercicio comerciante y propoietario. Preguntando quiénes estuvieron en la casa de su habitación la noche del 17 del corriente de los tres cuartos para las siete hasta las diez u once de ella contestó: que estuvieron en su casa Don Gabriel Petriz, Don José Gregorio Iribarren y Don Francisco Carrión y los dependientes de la casa en cuyo número se cuenta D. Guillermo Clemon presentándose 1º. Petriz el que habló cierto negocio respecto al palo de brasil; que estando éste llegó Iribarren a tratar como apoderado de la Sra. Ariaz; el mismo asunto para lo cual le había hablado la Sra Ariaz; que abiéndose retirado Petriz y quedándose Iribarren, como media hora después llegó Carrión; que hablaron sobre la exportación del palo brasil, sobre los impuestos de éste y sobre los derechos de sal, tratándose también de algunas otras cosas insignificantes y que Clemon estuvo muy poco tiempo hablando sobre los asuntos que declara, no estando presente en todo el tiempo de la visita. Preguntado si tiene conocimiento de la existencia de Remigio Toledo en el Distrito de Tehuantepec; contestó que sólo sabe por la voz pública que existe en el Distrito de Tehuantepec; que el sábado en la tarde 17 del corriente se presentó en su casa el Sr. D. Esteban Rubio con una carta diciendo que era escrita por Remigio Toledo; que el contenido de ella decía que el gobierno y algunos particulares le ofrecían doce mil pesos para que diera informes sobre el establecimiento del Imperio y sobre los autores del asesinato del Lic. Maqueo; que Rubio le había dicho que Toledo le dijo que quería pasar a estar con el exponente para ver qué dinero le daba o qué arreglo tenía porque quería salir del país. Que a esto contestó que nada tenía que ver con Toledo y que nada le daba; que Rubio le dijo que tenía las pruebas en su poder mezclando al que declara en los negocios políticos de aquel tiempo y como conocedor del asesinato del Sr. Maqueo; que a más de los documentos tenía una lista de los testigos que le había dado Toledo, a la cual le constestó el que habla que todo documento que él u otros tuvieran mezclándolo directa o indirectamente en los negocios políticos del país o tocante al asesinato de Maqueo o cualquiera otra infamia eran falsos, falsísimos; que si existían los documentos que decía, eran supuestos porque sus enemigos; que se reía de tales pruebas porque era inocente de todo.16 Preguntando si por sí o indirectamente ha auxiliado a Toledo con dinero o alguna otra cosa equivalente ahora, cuando está separado de la obediencia del Gobierno o tiene noticias de que algunas otras personas le hayan ministrado esos recursos dijo: que no le ha dado ningunos recursos y que sólo sabe por la voz pública cuando estaba el exponente en Oaxaca que Toledoal recibir el indulto del Presidente de la República, el actual Jefe Político le ministró una muda de ropa para presentarse em Oaxaca. Que todo es lo que se sabe en lo que se afirmó y ratificó, firmando al margen.

*Tomado de la Revista “Guchachi´ reza”, Número 52, Mayo 1996, pp: 27 – 31

1 Sobre la batalla del 5 de septiembre puede verse el testimonio de Francisco León en el diario El Avance, Oaxaca, 6 de octubre de 1911, p. 3
2 Díaz escribió que una vez tomada la ciudad de Oaxaca organizó una fuerza con gente fogueada en el combate y se marchó para Tehuantepec a fin de batir a Toledo, que a la muerte del general Luciano Prieto, el vencido del 5 de septiembre, había quedado al mando de los efectivos imperiales.
3 Véase revista Guchachi´ reza, n. 14, marzo 1983, pp.30-33.
4 Véase Francisco Ocaranza, Juárez y sus amigos, México, Editorial Polis, 1939.
5 R. Pineda a Porfirio Díaz, Juchitán, julio 23 de 1867, en Archivo del general Porfirio Díaz, México.
6 Ese año el régimen juarista tuvo que sortear las rebeliones de Miguel Negrete y Aureliano Rivera.
7 Véase M. Martínez Gracida, Efemérides oaxaqueñas, México, 1892, t II. Pp.73-74
8 Véase La Victoria, t VI, n. 49, 20 junio 1867.
9 La reunión a la que se refirió San juan tuvo lugar la noche del 17 de octubre. Véase el expediente titulado: “criminal contra Remigio Toledo y socios por conspiración”, en Archivo General del Gobierno del Estado.
10 Ibid, f. 2.
11 Ibid, ff. 2v.3.
12 Ibid, f. 4.
13 Ibid.
14 ”… preguntando por los medios de que se ha valido para que Toledo le haya dado estas entrevistas dijo: que no ha tenido más medio que el de Juana C. Romero, la cual rehusó ponerlo en contacto con la persona de que se trata diciéndole que hacía tiempo que no sabía del paradero de Toledo, pero al fin ésta le comunicó que podía verlo en el camino a Oaxaca, más allá de la Mixtequilla…”Ibid, ff 5v, 6.
15 En las memorias de Gobierno de los años de 1873 y 1879 aparece información sobre su nacionalidad, que varía de la estadunidense a la inglesa.
16 Esteban Maqueo (1832-1865). Nacido en Tehuantepec, su familia era dueña de las llamadas haciendas marquesanas en el Istmo.

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Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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