La debilidad de los seres humanos por el poder político y el dinero mal habido, son motivos principales del atraso y la desgracia de los pueblos.

De las esperanzas y espejismos.
El aire suave y fresco que envolvía a la ciudad capital oaxaqueña esa noche, sugería una convivencia agradable entre amigos; la luna en creciente iluminaba débilmente las tres botellas vacías de vino tinto, cuyos contenidos fueron consumidos entre plática y plática. Era la quinta ocasión en que se reunían para decidir la dirección y control del poder político de Juchitán; cobijados por las ramas de un árbol de toronjas, hablaron de la cantidad de años y estilos de gobierno de los que han probado las mieles en la presidencia municipal, también de las estrategias, recursos, y acuerdos con las diversas tribus existentes, denominados “expresiones” que controlan colonias populares, moto-taxistas, vendedores ambulantes, falsos campesinos y nuevos invasores de terrenos ajenos, incluyendo espacios federales del sistema de riego y de la carretera panamericana. Dos de los tres que convivieron alegremente esa noche, ya habían sido presidentes de Juchitán, y por lo mismo, conocían bien los procesos electorales y la manera de lograr el triunfo, a pesar de los enormes recursos y mañas del partido tricolor, independientemente del contrincante que postulara.
La cantidad de copas de vino tinto bebido, no fueron suficientes para empañar su memoria, por eso, cuando le confirmaron que él era el elegido para gobernar a los juchitecos durante tres años (2014-2016), se alegró tanto, que inmediatamente quiso descifrar en su mente el significado de los conceptos, Honestidad y Eficiencia, contra Incapacidad y Corrupción, como para no seguir la misma ruta de los que ya fueron cabezas del poder municipal y culpables de todo lo malo que padece la ciudad. Él tenía ya varios años soñando con llegar a ser el primer concejal de la ciudad; suspiró cuando se acordó del compromiso hecho consigo mismo en relación con la necesidad de rescatar a Juchitán, que tanto amor le tenía en su parecer. Siempre decía que la situación de miseria imperante en todos los rincones de México, se debe a la Revolución traicionada por ladrones sin escrúpulos, quienes han sabido engañar a tantos mexicanos, no obstante los fraudes colosales y crímenes que cometen para mantenerse en el poder. Todo esto lo concebía en su mente, porque según él, le llegó la oportunidad de cumplir su sueño de hombre de izquierda de corazón y alma, así pensaba el hombre.
Muchas fueron las esperanzas que se anidaron en los corazones de los habitantes y grande fue la confianza que depositaron en él al enterarse de su postulación como candidato y de las posibilidades de su triunfo; se dijo en pasos perdidos, que se trataba de un personaje inteligente, con buena escuela, con experiencias internacionales en asuntos de aspectos sociales, sobre todo, en cuestiones de necesidades de los indígenas. El otro factor que coadyuvó en su triunfo, fue su perfil de hombre, como se dice, todavía sin colas que le pisen, es decir, estaba un tanto distanciado de la escuela de los que la codicia, la ambición desmedida por el poder y el dinero mal habido hicieron pedazos y enterraron para siempre sus principios y lo que les quedaba de dignidad. Comentaron que el candidato era un hombre intachable difícil de corromperse, así fue la percepción de la gente.
Pasaron los días de campaña cargados de grandes y fantasiosas promesas de un Juchitán ordenada, segura con aplicación plena de la justicia y con rumbo de desarrollo y progreso. Antes de la fecha de las elecciones, él veía y sentía que algo sucio tramaban los diferentes líderes de las fracciones o expresiones políticas integrantes de la principal organización denominada COCEI. Su presentimiento resultó verdad, en reuniones privadas, lo arrinconaron con cuestionamientos sobre el precio de los votos que le entregarían, de llegar a ganar, también le exigieron que aceptara y mantuviera con vida el famoso “Colegio Plural de Aviadores”, él, por cierto, le aclararon que funciona de la manera siguiente: Dependiendo de la cantidad de nombres de personas que cada líder de cada expresión entregaba para ser consideradas en la nómina del ayuntamiento, sería el monto que se entregarían cada quince días; dichos montos de dinero se entregarían en sobre a cada líder o representante de los grupos, éstos a su vez, se encargarán de repartirlo entre sus agremiados, conforme a un tabulador, rango y categoría que manejan ; aplicando desde luego la regla que reza “el que reparte se lleva la mejor parte”. El candidato, ya acorralado y sin ninguna defensa, tuvo que acceder a las exigencias chantajistas de los dirigentes de colonias populares, moto-taxistas, vendedores ambulantes, etc,etc.
El candidato logró finalmente ganar la presidencia municipal, condicionado a aceptar a personajes de bajo perfil en la estructura de su cabildo, con quienes desde luego tendría que resolver los enormes problemas que aquejan a la ciudad. En la espera de su toma de posesión, el profeta Saúl convocó a los habitantes a al análisis de los difíciles problemas, a manera de ubicar causas, establecer alternativas de solución. Muchos y diversos fueron los sectores y personas que con deseos de ayudar a Juchitán participaron en los foros, cuyos resultados finalmente se depositaron en los cestos de basura, no por malos, sino por la imposibilidad de resolver las cuestiones en ellos señalados, es decir, los problemas y alternativas de solución plasmados en dichos documentos curarían una parte considerable del mal de la ciudad.
Por todos es sabido de que, en Juchitán, las autoridades municipales conviven en un entorno de decadencia moral y ética, y lo aceptan como algo normal y natural, por conveniencia sucia. Durante muchos años, en el ayuntamiento juchiteco, ya es tradicional la existencia de personas que fungen, otros que fingen y muchas otras que ni fungen y ni fingen en el ámbito laboral. A los que fungen, se les conoce como lagartos o lagartas, comen mucho, son ineficientes y holgazanes,..ah..y de remate, ocupan en sus casas, terrenos, ranchos o casas en construcción los servicios de los llamados “los que fingen”; los de la categoría que ni fungen y ni fingen, son los de las siestas con duración quincenal, y despiertan al toque de las campanas de pago, son los que orgullosamente representan al Colegio Plural de Aviadores, son los que más engordan las carteras de los líderes, al recibir el 50% o menos de lo indicado en nómina.
La suma de los que fungen, de los que fingen y de los que ni fungen y ni finge, es de aproximadamente de 2300, y de acuerdo a lo que ya se hizo público, las erogaciones mensuales ascienden a cantidad de 5 millones 700 mil pesos aproximadamente; pesada carga, que desde luego, ningún ayuntamiento de cualquier otro lugar puede soportar, sobre todo, en tiempos de crisis como la que se está viviendo en el país.