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Cultura

Estucos, exposición que rinde homenaje a Juchitán y sus mujeres

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Como un homenaje a Juchitán y a sus mujeres, el artista oaxaqueño Demián Flores presentará la exposición Estucos, a partir del martes 2 de febrero en la Galería Planta Alta y Espacio Visual del Centro de Cultura Casa Lamm.

El actual miembro del Sistema Nacional de Creadores del Fonca explicó que el título de la exhibición hace referencia a la técnica utilizada en las piezas, hecha con cal apagada, arena y baba de nopal, la cual se endurece por reacción química al entrar en contacto el carbonato cálcico de la cal con el dióxido de carbono (CO2).

“Intento recuperar esa parte pictórica que existió en el virreinato y que fue utilizada para colocarse en los muros de las iglesias, el mejor ejemplo es en Santo Domingo, Oaxaca. A diferencia de esa época, ahora lo utilizó como un soporte pictórico transportable para ser aplicado a las artes plásticas”.

Conformada por 30 pinturas de mediano formato, las imágenes que se observan parten de las fotografías de Sotero Constantino, considerado el primer fotógrafo de Juchitán, quien retrató a su población durante las décadas de los años treinta y cuarenta del siglo pasado.

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La mayoría proviene de la colección José F. Gómez, recuperada por el maestro Francisco Toledo y otras del archivo familiar del propio artista en donde destacan las figuras de las mujeres juchitecas.

“Son imágenes costumbristas que te permiten ver ese tiempo que se ha detenido y por qué Juchitán sigue siendo un pueblo con una cultura que lo sostiene (…) En esos años alcanzaba apenas los cinco mil habitantes, en la actualidad se ha transformado, pero ha logrado que su cultura siga siendo fuerte y determinante ante la modernidad”, agregó el artista.

Asimismo, comentó que Estucos habla del presente juchiteco como una realidad, a partir de una aproximación hacia el pasado, ya que, dijo, ha recibido entrenamiento en talleres y residencias en Europa y Estados Unidos.

El artista plástico nacido en Juchitán en 1971 se ha caracterizado por una propuesta que parte de una reflexión sobre la identidad, la memoria y el territorio.

“Trabajo a partir del puente entre dos culturas, por un lado está Juchitán y, por otro, la Ciudad de México. Soy una persona que vive en un constante proceso de migración físico y conceptual. Mi propuesta incide sobre estos conceptos, porque al final lo que uno intenta con el arte es entender la propia vida”, apuntó.

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Por ello, más que algo nostálgico o de lejanía, su proyecto tiene que ver con una reafirmación de su identidad y un orgullo de pertenecer a una comunidad como Juchitán.

Este aspecto también está presente desde los orígenes de la propia técnica utilizada. “Las tendencias conceptuales o teóricas han desplazado la parte formal o plástica que son significantes cuando el material por sí mismo tiene su propia historia y significados, lo que le añade esta parte de identidad”.

Agregó que la técnica de estuco permite usar técnicas acuosas, lo cual hace que la forma de trabajo sea lúdica, abierta y experimental, pero también un medio que como en la acuarela, no permite errores y es próximo al dibujo.

Además de esta muestra, es posible admirar el trabajo de Demián Flores en Visiones de la Coatlicue en la Galería de la Terminal Uno del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hasta el 31 de enero.

Por otra parte, se encuentran las exposiciones itinerantes Desastres colaterales, la cual permanecerá hasta el 5 de marzo en Casa Redonda/Museo Chihuahuense de Arte Contemporáneo; Antropofagia, en el Museo Regional de la Laguna, Torreón, Coahuila, hasta el 31 de marzo, así como Miroir-effacement, en la Galería Imane Fares en Francia, hasta el 26 de marzo.

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La inauguración de la muestra Estucos se llevará a cabo el próximo martes 2 de febrero, a partir de las 19:30 horas, en la Galería Planta Alta y Espacio Visual del Centro de Cultura Casa Lamm, ubicado en Avenida Álvaro Obregón No. 99, colonia Roma y permanecerá hasta el 9 de marzo.

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Cultura

Juana Hernández López: La Voz de la Mixteca que resuena en la Guelaguetza 2024

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Una vida de lucha y dedicación que une fronteras y preserva la riqueza cultural de su comunidad

Oaxaca de Juárez, Oaxaca.- (Cortamortaja) 22 de Junio de 2024.- En el corazón de la Guelaguetza, la festividad más emblemática de Oaxaca, ha emergido una figura que encarna la resistencia, el amor por la cultura y la dedicación incansable a su comunidad. Juana Hernández López, originaria de Santiago Juxtlahuaca, ha sido coronada como la Diosa Centéotl 2024, una distinción que celebra no solo su belleza y carisma, sino también su extraordinaria trayectoria y compromiso social. Hoy, en un momento aún más significativo, Juana celebra su 65 cumpleaños, un detalle que añade más emoción y significado a su historia de vida.

Juana no es solo una docente de español e historia; es una narradora de la realidad y una guerrera por la justicia educativa. Su camino ha estado marcado por la adversidad y la migración, habiendo tenido que dejar su amado Juxtlahuaca para buscar oportunidades en Estados Unidos. Esta experiencia no la quebrantó, sino que la fortaleció, convirtiéndola en una voz poderosa para la comunidad migrante mixteca.

En Fresno, California, Juana tomó las riendas de Radio Bilingüe, entendiendo que cuando los migrantes cruzan las fronteras, llevan consigo más que pertenencias; llevan su lengua, su cultura y su identidad. Desde los micrófonos de la radio, Juana se convirtió en un faro para aquellos que añoraban su tierra, ofreciendo no solo información y compañía, sino un puente que conectaba corazones divididos por la distancia.

El regreso de Juana a Juxtlahuaca no fue un retorno a la comodidad, sino una extensión de su misión. Desde 2019, ha dirigido un programa en XETLA, La Voz de la Mixteca, donde comparte su lengua materna, las tradiciones ancestrales y las historias de la comunidad migrante. A través de las ondas radiales, sigue tejiendo la trama de su cultura, manteniéndola viva y vibrante.

Juana Hernández López no solo representa a las mujeres de su comunidad; representa a todas aquellas personas que han tenido que abandonar su hogar en busca de un futuro mejor. Su historia es un testimonio de resiliencia y pasión, un recordatorio de que la cultura es un tesoro que nos sigue, nos define y nos une, sin importar cuán lejos estemos de nuestro lugar de origen.

Hoy, como Diosa Centéotl y celebrando sus 65 años, Juana ilumina la Guelaguetza con su presencia y su historia, una luz de esperanza y fortaleza para todos aquellos que, como ella, creen en el poder transformador de la educación y la cultura.

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Cultura

Cuentos y dichos del niño y el adulto zapoteca espinaleño

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Profesor Luis Castillejos Fuentes / Libro El Espinal: génesis, historia y tradición / Foto: Internet

El terror a la muerte es la base del animismo primitivo de los zapotecas y los niños de antaño, mezcla resultante en alguna forma de este grupo étnico, traen consigo esta mentalidad que tiende a manifestarse en su vida cotidiana. La oscuridad de la noche era propicia para que, sentados sobre un pequeño montículo de arena fresca de río, la chamacada contara historias  sobre fantasmas: “Guenda ruchibi”. Unas veces las oían en voz de los “viejos”, otras de  algún niño que con buena memoria se las transmitía. Se hablaba del bidxaa, espíritu de alguien que se creencia le atribuye madad, que se hace presente o no, deambula en lo oscuro provocando ruidos y gritos extraños imitando la expresión gutural de algún animal. El “sombrerote,” personaje vestido elegantemente y “con mucha plata” para ofrecerla al incauto que cae en su seducción y dominio, convertirlo en su vasallo y llevarlo a vivir lejos, en la cumbre de una montaña o en alguna cueva para en un momento dado hacer el “mal” a otros, pues supónese que tiene pacto con el diablo, binidxaba. Se Cuenta también la historia de “la llorona”, mujer vestida de una blanca y sudada manta que gime desgarradoramente, ya que de esta forma expresa que su alma en pena vaga hasta que algo pendiente que ella dejó en el mundo de los vivos se vea realizado. Todos, “entes” imaginarios, pero eso sí con la creencia de ser portadores del mal y en la charla se da como si lo que se expone fuera una realidad, que aunque provoque miedo,  se torna, interesante para la mente infantil.

En el ambiente de pueblo, todo mundo se conoce, se respeta y se saluda. Y no falta alguien peculiar en su modo de ser, que lo hace distinto del otro, ya sea por poseer  congénito o adquirido algún vicio, cualidad, virtud, etc., sea por defecto físico o por algún hábito fuera de lo común que despierta curiosidad, gracia, burla, admiración y risa en niños y adultos. Este tipo de personaje se hace “relevante”, queda su dicho y su hecho para el comentario grato: Tá Llanque Castillejos “Chiquito”, empedernido tomador de mezcal, su saludo es un grito desgarrado y su gracia colocar un cigarrillo de hojas sobre sus pobladísimas cejas y exhibirse, “zou náa la o zahua lii” ese era su dicho habitual,  José “Huipa” ex-soldado de leva en la revolución, donde alcanzó el grado de cabo, traumado por lo que sufrió en sus andanzas y de mal comer en la brega, después de ingerir “anisado” marchaba solo por las calles haciendo ademanes con saludo militar. Genaro Clímaco, Naro Lele por sus largas extremidades inferiores, semejando al alcaraván, con unas copas que impactaban su cerebro le daba por filosofar: “si tu mal no tiene remedio, porqué sufres y si tu mal tiene remedio también porqué sufres” solía decir con cierta visión premonitoria hacia lo que en la vida es bueno o es malo. Ta Rafé Lluvi, músico por afición y por su adicción al “trago” ya no lo contrataban, de un instinto vivaz, con un papel u hoja verde de lambimbo sobre un peine, de su ronco pecho entonaba melodías para que algún parroquiano le obsequiara una copa y después a su “banquete” que era residuo de tortilla y sobras de comida que con los cerdos compartía en una canoa de madera. Y Tá Rafé aguantó más de un siglo a pesar de esa “vida”. Erasmo Toledo perspicaz y agudo charlador, su plática amena y entretenida despertaba interés y sus frases quedan: Naa Tá Llamo. Xi tal xa llac, le dice un amigo a otro, zaquezi naa marínu. ¿Cómo estás? es la pregunta y la respuesta, es “como siempre”, aunque hayan pasado varios años, hasta los 81, que ya pesaban sobre el cuerpo de Beto Marinu y que por lo mismo no podía conservarse igual, y tiempo después fue hallado muerto en un basurero.

 En las fiestas patrias, la noche del grito y el desfile obligado del l6 de septiembre, con la tabla calisténica organizada por el profesor Bruno Escobar Fuentes, acto muy concurrido porque era de regocijo para la gente del pueblo. Era especie de fiesta popular. Al terminar  el acto literario y el presidente municipal en turno de dar “el grito”, la concurrencia abandonaba el escenario. Quedaban algunos, ya “encopetados”, que a la voz de tribuna libre arengaban a la multitud: Ta Queño Cueto ngüí, Pedro Ché Vale, José “Huipa” y otros, lo hacían habitualmente, sus dichos incoherentes y burlones sobre algún hecho que la autoridad hacía mal, provocaba risas entre los espectadores para luego abandonar el lugar hasta el amanecer.      

Allá por los años cuarenta, antes de abrirse la carretera internacional, mercaderes oaxaqueños, “vallistos”, pasaban por Espinal, estancia de descanso después de un largo peregrinar. Cargaban sobre sus espaldas gruesas y pesadas pacas de pescado seco de san Mateo del Mar para llevar a Oaxaca. Tenían que cruzar en el trayecto la sierra de Guevea y Escuintepec y bajar a Mitla. En algún corredor de casa grande, estancia descansaban y los niños por curiosidad se asomaban y los rodeaban para hacerles picardía, robar algo de su mercancía mientras dormían y reírse de su indumentaria y de su menudo pero macizo cuerpo, al mismo tiempo, admirar su resistencia.

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El apodo para diferenciar al común ciudadano o simplemente para distinguirlo de otro, es de uso común  en los pueblos zapotecas, Al sustantivo se le acompaña con un adjetivo para la fácil identificación: así se dice de Luis “nanchi”, Luis “niño”, Luis “valor”, Luis “guitu”, de José; ché “cuachi”, ché “benda”, ché “bachana”, ché “tita”, ché “huabi”, ché “mistu”, de Antonio; Toño “morral”, Toño “músico”, Toño “neta”, Toño “llúu”, etc.

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